CracksTP: Álvaro, el director movilizador

A fines de julio de 2023 en el Instituto Politécnico Bicentenario Juan Terrier Dailly –ubicado en Curicó- ocurrió un evento que para Álvaro Basualto Moreno –su director- fue la instancia más memorable de su carrera profesional. Fueron visitados por País Digital a través de su iniciativa “Academia Programa tus Ideas”, instancia en la que participaron equipos de estudiantes de 3° y 4° Medio de la especialidad de Programación y se reconocieron a los tres primeros lugares.

Pero lo que lo emocionó a Álvaro no fue el reconocimiento en sí mismo, sino ver a  estudiantes –quienes se caracterizaban por sus dificultades actitudinales y su timidez para hablar en público- apasionados, comprometidos y ‘camiseteados’, presentando sus proyectos con una fluidez que él nunca habría imaginado. “Momentos como estos me entregan aún más convicción de que la profesión que elegí fue la ruta correcta y de que el cargo que cumplo hoy en día tiene un sentido profundo que me da plena satisfacción”.

Un líder prometedor

Álvaro Basualto es profesor de filosofía y a principios de su trayectoria profesional se desempeñó dictando clases de ética y filosofía en establecimientos escolares en las comunas de Macul, Santiago y San Ramón (RM). En esas experiencias, Álvaro comenzó a involucrarse en el área curricular y accedió a un magíster en esta línea.

Este líder asegura que las bases de su liderazgo están inspiradas por la entonces directora de un colegio de la comuna de San Ramón; “Aprendí el significado de la relación humana con el docente y que movilizar a una comunidad educativa se logra en la medida que empatizo, creo en las capacidades y habilidades profesionales de mi equipo y trabajo colaborativamente”.

Luego de tres años trabajando como docente, la Fundación Educacional Comeduc le ofreció a Álvaro el cargo de jefe técnico en el colegio Nora Vivians Molina de Recoleta y fue ahí donde la jefatura de la institución vio en él un enorme potencial para dirigir y movilizar a una comunidad educativa. Así, en el año 2011 le propusieron un nuevo desafío: ser parte del equipo directivo del Instituto Juan Terrier (JTD), ubicado en Curicó.  Luego de dos años como jefe técnico en dicha institución, le ofrecieron desempeñarse como director en este establecimiento tradicional que en la actualidad tiene 123 años de historia en la comuna de Curicó.

Una ruta clara

Se estima que 3 de cada 10 ‘curicanos’ egresaron del JTD, un establecimiento escolar reconocido en la cuidad, así como las 8 especialidades que imparten. El 80% de los estudiantes que cursan Educación Media Técnico Profesional en el JTD eligieron ese establecimiento escolar convencidos por la especialidad en la que se querían desarrollar.

Así, cuando Álvaro asumió como director, se dio cuenta de que movilizar a esta comunidad educativa requeriría mucho trabajo y convicción: los docentes tenían una larga trayectoria en el colegio y las cosas funcionaba de una determinada manera desde antaño.

Para este desafío Álvaro recordó el consejo de una directora “a los docentes hay que tratarlos con afecto, pero también con firmeza (…) No firmeza en temas de sanción, sino de que se den cuenta de que tú estás convencido de un trabajo colaborativo” y fue así como buscó convencer y movilizar a la gente con objetivos claros y compartidos, abriendo un camino de cambio en la institución.

El primer gran trabajo para conducir al cambio fue entregar herramientas y capacidades técnicas a los docentes, convenciéndolos de que lo fundamental se da al interior de las salas de clases. Luego, se potenciaron liderazgos intermedios para, finalmente, pilotear, en ciertas especialidades, la metodología del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).

Sobre ésta última, se dieron cuenta de que era una metodología que tenía un impacto muy positivo en el desarrollo de aprendizajes de los estudiantes y se continuó impulsando su desarrollo, apuntado a la resolución de problemas desde la innovación y contextualizados a la Región del Maule.

Permear un sello

Álvaro dice convencido que en su comunidad educativa trabajan para tener como sello distintivo la innovación, concepto que debe estar en sintonía con la ruta de mejora que se han propuesto. Y fue lo que les permitió ser un Liceo Bicentenario a partir del año 2020. Para el director eso marcó un antes y un después, puesto que todo su equipo visualizó que la ruta que estaban desarrollando había sido acertada y ha tenido un impacto claro que es reconocido fuera del colegio. Sin ir más lejos, fueron el tercer proyecto mejor evaluado a nivel nacional al momento de postular a esta convocatoria.

Con este sello han invertido mucho en infraestructura, se han certificado en dos normas ISO –9.001 y 21.001-, lo cual ha impactado en el ordenamiento de la gestión institucional y han fortalecido la relación con su entorno como elemento clave en la educación técnico profesional. Además, el clima organizacional ha mejorado en los últimos años, y sus resultados no descienden del 86%. Álvaro cree que es por el ambiente ‘humano’ que se da dentro de la organización. “Mi liderazgo está fundamentado en creer en el otro”.

A lo largo del tiempo, se han dado cuenta que son los mismos estudiantes quienes reflejan el impacto de su trabajo. A pesar de que este año se dio una baja nacional de los resultados del Simce –producto de la pandemia- en el JTD los resultados fueron mejores incluso que en períodos anteriores, subiendo 30 puntos en la prueba de matemática. Adicionalmente, han promovido que sus estudiantes participen activamente y sean reconocidos en instancias como Soluciones para el Futuro –de Samsung- , Go Innova –de INACAP y SaviaLab -FIA-, donde han destacado.

En el primero de ellos, un equipo del JTD el año pasado obtuvo el primer lugar nacional con su proyecto “Agro Detect”, que consistía en un sensor capaz de detectar el exceso de pesticidas en el ambiente. “Uno se da cuenta de que, pese a las dificultades que hoy en día el sistema educativo está viviendo –principalmente en el ámbito de la convivencia escolar- desde esta forma de enseñanza-aprendizaje reforzamos esta área, potenciando el trabajo en equipo”.

Tanto Álvaro como su equipo ven un notorio cambio en la autoestima de los estudiantes cunado se reconocen como capaces de generar ideas que van en beneficio de problemáticas que ellos ven a diario. “Ese es el estímulo que necesitamos para hacer nuestro trabajo”, agrega.

El futuro es educación Técnico Profesional

En el CILED estamos convencidos del valor de la educación Media Técnico Profesional. Por eso, en este video presentamos 5 de las principales ventajas que vemos en la educación TP, así como algunos datos que las respaldan, y que nos hacen creer que “El futuro es TP”.

Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar en la EMTP (Infografía)

La presente infografía se basa en el “Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar en la EMTP”, desarrollado por el CILED, el cual busca orientar las prácticas de equipos directivos para la gestión de los establecimientos Técnico Profesionales del país.

El Marco tiene directa relación con el Marco para la Buena Dirección y Liderazgo Escolar (MINEDUC), en conjunto con la reflexión derivada de una serie de mesas de trabajo convocadas por el CILED, donde participaron más de 60 actores relacionados con la educación TP del país y fue luego validado por 166 directivos de establecimientos TP

En este recurso se presentan las 5 dimensiones clave definidas en el Marco, así como los diferentes ejes para delimitar cada ámbito.

Susana, la directora al servicio de sus docentes

“¿Qué necesitas para hacer mejores clases?, ¿cómo te ayudo? Dígamelo y yo hago todo lo posible por conseguirlo”, son preguntas típicas de Susana Muñoz hacia docentes que trabajan en los establecimientos escolares que ha presidido.  

Sin ir más lejos, su principal motivación para ser directora fue estar al servicio de los profesores, y no al revés, como ella había experienciado. “El milagro se hace dentro de la sala”, dice convencida, y para que eso suceda, busca ser una facilitadora. 

Susana estudió en un colegio perteneciente a la red de colegios SIP en la comuna de Quinta Normal cuando su mamá era docente de ese mismo colegio. Cree que su experiencia escolar le brindó todas las oportunidades para desarrollarse. Por eso nunca se alejó de la educación: estudió pedagogía en inglés en la Universidad de Santiago de Chile, trabajó como docente 13 años y ya suma 22 años desempeñándose como directora. Siempre en colegios de la SIP.  

Dice que se despierta todos los días feliz para ir a trabajar porque le encanta. También, apenada, cuenta que esta será su última experiencia profesional. Pero su voluntad es nunca alejarse de la educación y está determinada a ser mentora de otros directores -una vez retirada- como manera de transmitir todo lo aprendido durante su trayectoria y acompañar a nuevos profesionales capaces de cambiar la vida de miles de estudiantes. 

El amor a la excelencia

“Usted es capaz de todo”, les recuerda siempre a cada estudiante.  

Susana está convencida de que una educación de calidad puede cambiar la historia de una persona. Para ella un buen profesor es una sumatoria de integridad, forma, trato y conocimiento. “Ser un buen profesor es muy difícil; pero yo necesito a los mejores”, dice. Ser excelente en el sistema educativo es una tarea titánica, y es justamente por eso que, como directora, siempre ha trabajado en base a las necesidades de su equipo y ha velado por su bienestar. “Uno nunca tiene que olvidar que trabaja con personas”, señala. 

Los 3 cargos directivos que ocupó Susana siempre tuvieron algo en común: se encontraban en contextos sumamente desafiantes como bajo rendimiento académico, problemas graves de convivencia, asistencia y estudiantes en situaciones de alta vulnerabilidad socioeconómica. Esto, además, se sumaba a otros desafíos concretos como implementar la educación media en el colegio o, actualmente, la modalidad técnico profesional.  

Recuerda con orgullo cuando, en el colegio que la Sociedad de instrucción Primaria tiene en la comuna de Lo Espejo, cuyos resultados académicos nunca resaltaron, aparecieron en distintos medios de comunicación por ser de los colegios más vulnerables del país dentro de los 10 mejores resultados en el Simce.  

Susana cree que los datos son esenciales para la gestión escolar y se apoya en ellos para identificar brechas, espacios de mejora y éxitos. Los datos también la han acompañado en su trayectoria profesional y, debido a los excelentes resultados que ha logrado en la dirección de los colegios, su fama la antecede y la buscan para los desafíos más grandes. 

El oasis de San Ramón

En plena comuna de San Ramón, rodeado de ferias ambulantes, negocios de barrio y modestas viviendas se encuentra el Colegio Arturo Matte Larraín (AML). Imponente, de estructura moderna y colores negro y amarillo, no pasa desapercibido.  

En el recreo el patio está más vivo que nunca: se escucha música cumbiera en altos parlantes, los estudiantes bailan, juegan ping pong, básquetbol y fútbol. Susana cuenta que, posterior a su jornada escolar, muchos de ellos se quedan en el colegio: “Es como su refugio”, dice.  

Hace 8 años, cuando a Susana se le planteó el desafío laboral de liderar este establecimiento e implementar la primera especialidad técnico profesional se asustó.  La relación con los apoderados era compleja, y el ambiente demasiado desafiante.  

Sobreponiéndose al temor inicial, Susana aceptó el desafío y lo primero que hizo fue reunirse con todos los apoderados que quisieran hablar con ella. La directora cree que lo más difícil de su carrera ha sido justamente su relación con ellos pues –en general- exigen mucho y endosan responsabilidades que sobrepasan los límites de un establecimiento escolar. “Ahora somos como tribunales de familia”, cuenta con humor.  

Programación, la especialidad del futuro 

El fundador de Cabify, gerentes de bancos, y desarrolladores de aplicaciones internacionales son algunas de las figuras que han inspirado a los estudiantes de segundo medio del AML a escoger programación como especialidad para los dos últimos años escolares.  

Fue a través del seguimiento de sus exalumnos, que asistían a la modalidad técnico profesional (TP) en otros establecimientos escolares, como decidieron que esta implementación podría agregar valor a su proyecto educativo. No obstante, fue un camino largo: asambleas con toda la comunidad educativa, encuestas de preferencias, estudios de mercado y decenas de reuniones con equipos directivos de otros colegios con esta especialidad fueron parte del trabajo previo para dar el sí a la especialidad de programación. Luego de escuchar, conocer y evaluar, decidieron hacer algo completamente distinto para que sus estudiantes estén en la vanguardia de lo que es la programación.   

Contrataron  un C Bootcamp -programa intensivo de desarrollo que se caracteriza por una formación de alta intensidad, a cargo de Coding Dojo ,que, además de formar a los estudiantes, los certifica en sus habilidades para facilitar su ingreso al mundo laboral. Adicionalmente, su meta es conseguir prácticas profesionales al 100% de los estudiantes de la especialidad.  

Para implementar este sello en todo su proyecto educativo, desde pre kínder enseñan a los niños conceptos básicos de programación y, paulatinamente, robótica. También, cada estudiante desde 7mo a IV medio cuenta con un chromebook entregado en comodato y espacio en la nube que utilizan para el desarrollo de aprendizajes en el aula y fuera de esta.  

Fin de ciclo 

En su constante preocupación por el bienestar del equipo docente Susana busca nuevas ideas para hacer de su establecimiento un espacio grato para trabajar.  

Recuerda cuando, el año pasado ya se acercaba el fin de ciclo en el AML y el agotamiento de los profesionales era evidente. Susana les envió un correo a principio de semana para convocarlos, como parte de la rutina, a una asamblea escolar.  

Ya sentados y con su material de apoyo, aparece un reconocido comediante. Caras sorprendidas. Susana entre risas los invita a olvidarse del trabajo y tener un momento de relajo.  

“Uno tiene que cuidar a su equipo y su bienestar”.  

Katherine, la directora Rapa Nui

El establecimiento escolar Aldea Educativa Hoŋa’a o te Mana -‘nido del conocimiento’, en español- ha trabajado incansablemente durante los últimos años para ofrecer trayectorias educativo-laborales que se ajusten a los proyectos de vida de sus estudiantes, permitan su pleno desarrollo personal y, consecuentemente, el de la isla de Rapa Nui.

El valor transversal de la preservación y desarrollo de su cultura es el eje del proyecto educativo liderado por Katherine Ringeling y se hace presente en todas sus dimensiones: Desde la arquitectura innovadora, cuyos muros reflejan los símbolos de la cultura plasmado por las manos de los estudiantes y guiados por educadores tradicionales quienes traspasan sus conocimientos a las nuevas generaciones; las temáticas propias del pueblo Rapa Nui que guían el proceso de enseñanza-aprendizaje en las distintas asignaturas; las zonas arqueológicas y esculturas rupestres al aire libre que son parte de su terreno y el uso del tambor como guía para las pausas y retorno de clases son algunos ejemplos.

Así, la realidad de esta comunidad educativa dista mucho de aquellas del ‘continente’. Además, considerando que aún no existe oferta de educación superior en la isla, aquellos estudiantes que quieren continuar sus estudios deben enfrentar una serie de desafíos que, en algunas ocasiones, termina por acabar su motivación de tener estudios superiores.

La Aldea Educativa fue vanguardista en ofrecer la modalidad educativa técnico profesional en la isla y su implementación surgió ante una necesidad levantada por la comunidad a través de una consulta ciudadana. Hoy cuentan con tres especialidades: Servicios de Turismo, Agropecuaria y Administración, logrando posicionar esta modalidad de estudios y las oportunidades que otorga en la isla y así, ser el establecimiento escolar con mayor matrícula de séptimo a cuarto medio de RapaNui.

Proyecto educativo centrado en las raíces

Katherine, oriunda de Quilpué, conoció durante su etapa escolar a quien años más tarde se convertiría en su marido y la incentivaría a vivir un tiempo en su tierra natal: la isla de Rapa Nui. Lo que en un principio pensó que sería una breve experiencia de 2 años, hoy suma 20 años trabajando: primero como profesora de ciencias, luego como jefa de UTP y, desde el año 2014, como directora.

La Aldea Educativa, -inaugurada en 2005 luego de la división del Liceo Lorenzo Vega en escuela y liceo-, cuenta con 18 hectáreas que permiten sostener un proyecto educativo basado en el aprender haciendo, con un rol preponderante de la cultura Rapa Nui que se conecta de manera integral con todos los procesos formativos. Para esto, cada año eligen un tema de su cultura y todas las clases de las distintas disciplinas trabajan en base a eso. El año pasado eligieron los Moais como temática y tanto arte, matemáticas y lenguaje lograron que estos fueran la base de sus actividades.

La zona geográfica del establecimiento también ha propiciado la conexión de los estudiantes con las raíces de la isla. Dentro de sus dependencias se encuentra el antiguo Lazareto de RapaNui, el cual a inicios del 1900 se utilizó para tratar y detener el brote de lepra en la isla. También cuentan con zonas arqueológicas, lo que permite a los profesores salir de las salas de clases y utilizar estos espacios como museos vivos de la historia local.

Este sentido de pertenencia de la comunidad educativa es algo que ha cautivado a Katherine. Durante la pandemia por Covid-19, fueron el primer colegio en Chile en volver a la presencialidad, provocado por la alta insistencia de los propios estudiantes y sus familias de volver a las salas. Además, pese a lo adverso de su clima -que fluctúa entre el sol y la lluvia en minutos-, los estudiantes se esfuerzan por llegar a las salas de clases y el ausentismo está lejos de ser problema para ellos. Adicionalmente, si existe algún daño en sus instalaciones, los estudiantes son los primeros dispuestos a arreglarlos -fuera de sus horarios de clases-. Según su directora, lo que más caracteriza a estos estudiantes es su gentileza y compromiso.

Educación TP en la isla

En el 2005 fue la misma comunidad isleña quien, a través de una consulta ciudadana y ante la necesidad de que los estudiantes contaran con más herramientas para enfrentarse al mundo del trabajo, sugirió la implementación de la educación técnico profesional (TP). Así, la Aldea Educativa asumió el desafío y la vanguardia de su implementación, proceso que para Katherine marcó un antes y un después en el Liceo.

No obstante, Katherine recuerda el escepticismo de la comunidad al proyecto educativo que no se basa en el cuaderno como herramienta principal, sino en el aprender haciendo. Si bien en su momento este escepticismo se manifestó en una baja en matrícula, hoy cuentan con 450 alumnos de séptimo básico a cuarto medio, significativamente mayor frente a un promedio de 120 estudiantes entre los otros dos establecimientos escolares de la isla.

Katherine valora el impacto de la educación TP en el desarrollo de las trayectorias educativo-laborales de sus estudiantes. Asegura que esta modalidad de estudio les permite desarrollar una serie de habilidades blandas que facilitan su inserción al mundo laboral o en la educación superior.

Así, con el fin de potenciar estas trayectorias, las especialidades ofrecidas cuentan con diferentes instancias de articulación con empresas de la isla: la especialidad de turismo mantiene una colaboración con una reconocida aerolínea, los principales hoteles y la asociación de guías certificados. Así,  los estudiantes tienen una activa participación en la recepción de turistas. En el caso de la especialidad agropecuaria, se trabaja con las entidades estatales como el SAG, CONAF entre otras.

El lejano continente

Katherine cuenta que no hay una regularidad respecto a las trayectorias de los estudiantes cuando egresan de cuarto medio. Hay generaciones en las cuales la mayoría opta por continuar con estudios superiores, como otras donde, en la mayoría de los casos, los estudiantes deciden quedarse en la isla y trabajar.

Uno de los desafíos más grandes, para Katherine y su equipo, está relacionado a las trayectorias educativo-laborales y es la adaptación de sus estudiantes en el llamado ‘continente’. La distancia con sus familias y amigos, la diferencia cultural y los altos gastos económicos son parte de las adversidades que enfrentan cuando deciden continuar con estudios superiores.

Para hacer frente a este desafío, han implementado prácticas como giras de estudio a Santiago en donde los estudiantes conocen universidades, colegios y hasta centros comerciales, con el fin de que su preparación sea integral de cara al ingreso a la educación superior.

Katherine asegura que hoy los esfuerzos están puestos en aumentar la articulación con la educación superior y el sector productivo. A pesar de que han avanzado en la materia y hoy cuentan con diferentes convenios con empresas y universidades, la directora asegura que aún hay mucho por hacer y que todas las oportunidades que se presenten para aprender nuevas metodologías en pos a la mejora educativa, tienen que tomarse. En esta línea, durante los próximos 8 meses Katherine junto a su equipo directivo serán parte de Fortalece TP, programa del CILED ejecutado por INACAP, en cual buscarán fortalecer su articulación con la educación superior.

Luis, el director de trayectoria rural

Durante 20 años Luis Guerrero trabajó como docente y director en sectores rurales de la Región de Coquimbo -Tahuinco, Panguesillo y Cunlagua algunos de ellos-. Apasionado por entregar oportunidades de desarrollo al estudiante rural y convencido de la importancia del trabajo con la comunidad, la vida profesional de Luis estuvo cargada de cambios: vivió en 7 lugares, donde en algunos casos el número de habitantes no superaba las mil personas. En ocasiones vivió en pensiones y lejos de su familia, sacrificios que le permitían la dedicación plena de su profesión. 

Tras su experiencia en los establecimientos escolares más pequeños y distantes de Chile, Luis asegura que el estudiante rural ha estado ‘en el olvido’ de los distintos gobiernos y que no existen planes que velen por el desarrollo y bienestar de la educación rural, que acoge a los estudiantes con mayores necesidades del sistema escolar. 

Insaciable en su vocación de educador, trabajó durante tres años alrededor de 60 horas semanales para hacer clases vespertinas a adultos. Su vocación también traspasó las fronteras de los colegios y su participación en actividades municipales o juntas de vecinos eran ya parte de su labor.   

Intervención comunitaria

Luis Guerrero en su etapa escolar vivió de cerca las adversidades de los estudiantes rurales: vivía junto a su familia en la población Tierras Blancas de Coquimbo que no contaba con establecimientos escolares cercanos y recuerda los largos trayectos que hacía en compañía de sus hermanos, caminando o, si tenían suerte, en bus.

Titulado como profesor general de enseñanza básica en la hoy llamada Universidad de La Serena, su primera experiencia laboral fue a sus 23 años como docente en el poblado de Tahuinco -comuna de Salamanca-, y fue también la primera vez que salió de su ciudad natal. Durante los tres años que trabajó en lo que históricamente fue una estación de ferrocarril, Luis se convirtió en la mano derecha del director y comenzó un largo camino ligado a intervenciones con la comunidad y a actividades fuera de las salas de clases con sus alumnos, como la creación del grupo juvenil artístico de Tahuinco dedicado a la creación de intervenciones de arte y música. 

Las capacidades de liderazgo demostradas en Tahuinco le valieron para que, con solo tres años de trayectoria, fuera contactado por el alcalde de Salamanca para asumir el cargo de director en la escuela básica Panguesillo. Así, encantado de asumir ese desafío, durante siete años lideró el proyecto educativo donde, junto a su equipo, crearon los cursos de 7º básico a 4º medio, así como su área técnico profesional. La gran necesidad de que existiera esta oferta de formación en la comunidad abrió la posibilidad a que adultos exalumnos pudieran también terminar el colegio y salir con títulos de técnico de nivel medio. 

En Cunlagua Luis dice haber desarrollado uno de los proyectos más emblemáticos de su trayectoria profesional. Este poblado no contaba con tendido eléctrico, servicios de salud ni agua potable. Luis, entendiendo que esas necesidades no eran ajenas a su labor,  durante los cuatro años que lideró este proyecto educativo, crearon diferentes comités integrados por estudiantes de las áreas técnico profesional correspondientes y apoderados, logrando que, al cabo de unos meses, toda la comunidad pudiera acceder a estos servicios básicos. 

Cuando sus hijas crecieron, Luis junto a su familia decidieron moverse a la ciudad, La Serena, y fue en el Liceo Ignacio Carrera Pinto donde realizó su primera intervención en educación urbana. Este establecimiento escolar, influido por su alta vulnerabilidad, venía antecedido de grandes problemas de deserción, siendo los embarazos adolescentes una de las mayores problemáticas.

Sin sustento económico para resolver el problema de deserción en las estudiantes mujeres y madres, Luis nuevamente recurrió al trabajo en comunidad. Así, a través de rifas y recaudación en eventos, lograron abrir una sala cuna para que las estudiantes pudieran dejar a sus hijos mientras estudiaban. Con iniciativas como estas, de a poco el establecimiento se adaptó a las necesidades reales de sus estudiantes y las cifras de matrícula y deserción comenzaron a ser alentadoras para esta comunidad escolar. 

La única vez que Luis se desempeñó fuera de un establecimiento escolar fue como  jefe del Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM), lo que le permitió iniciar un proyecto que ni él sabía que lideraría a futuro. En su cargo, postuló al Instituto de Administración y Comercio Estado de Israel para que fuera considerado Liceo Bicentenario. Con el tiempo, tomó la dirección del establecimiento y fue de su mano que consiguieron el reconocimiento que tanto buscaban.

Exigencia y altas expectativas

El Liceo Estado de Israel ha visto como desde la llegada de Luis a la dirección, se han involucrado en una dinámica de mejora continua. “Exigencia y altas expectativas” es como describen sus colegas la metodología del director. 

El desafío actual de esta comunidad educativa es convertirse en un referente a nivel nacional en educación técnico profesional. Así, han implementado nuevas prácticas en beneficio directo de fomentar trayectorias educativo laborales en sus estudiantes: implementación de nuevas tecnologías, la apertura de una escuela de negocios y laboratorios de alto estándar. 

Desde el año pasado, la articulación del establecimiento escolar con diversas instituciones de educación superior han acompañado y dotado de información a los estudiantes de los diferentes caminos y oportunidades que pueden elegir una vez egresados. Hoy, casi un 90% de los estudiantes ingresa a la educación superior y la cifra de deserción escolar es del 1% -en comparación con la realidad nacional-.

La experiencia de Luis lo ha convencido de que el trabajo colaborativo entre equipo directivo, docentes, apoderados y estudiantes es la clave para lograr avances significativos. Así, ante cualquier alarma, esta comunidad educativa se moviliza en pos de entregar las mejores oportunidades a sus estudiantes. 

Formación inicial para docentes de la EMTP en Chile: Grandes desafíos aún no resueltos

La siguiente investigación realizada por un equipo interdisciplinario de la Universidad del Desarrollo y la Universidad de Tarapacá -miembros del CILED-, propone lineamientos para la política pública ante la problemática existente por la falta de formación pedagógica exigida para especialistas que enseñan en Educación Media Técnico Profesional (EMTP), que pone en riesgo los objetivos de calidad, inclusión y pertinencia de esta. La investigación expone una carencia de estrategias adecuadas de atracción, mantención y perfeccionamiento para docentes técnico-profesional; además de una limitada oferta de educación superior para responder a esta demanda.

Víctor: el director visionario

El Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente San Nicolás fue catalogado como el mejor Liceo Bicentenario de Chile, en el año 2018. Durante el 2019 -previo a la pandemia- más de 150 establecimientos educacionales fueron a visitar este proyecto educativo que estaba logrando excelentes resultados en evaluaciones estandarizadas (SIMCE y PSU) a nivel comunal, regional y nacional. De hecho, el impacto de su enseñanza también se vio reflejado en la encuesta Casen por generar empleabilidad y mayores ingresos a los habitantes de la comuna. El camino para lograr esta ‘joya’ en educación ha sido acompañado por Víctor Manuel Reyes, actual director y docente de Biología y Química que, inspirado por modelos educativos del extranjero, se presentó al Departamento de Educación Municipal (DAEM) de San Nicolás, e incluso en el Ministerio de Educación, con una propuesta de cambio.

El oriundo de Coihueco

Victor Reyes estudió en una escuela rural ubicada en el sector de Roblería, comuna de Coihueco, Ñuble. Cuando su familia decidió matricularlo en un colegio más grande de la ciudad de Chillán, fue víctima de bullying por la manera en que pronunciaba las palabras, por su origen y el vacío que tenía en algunas materias. Esta experiencia lo marcó profundamente y le sembró una inquietud que mantiene hasta el día de hoy: ¿Por qué la gente con menos recursos no puede acceder a las mismas oportunidades de formación

El profesor de Biología y Química empezó su carrera profesional a principios de los 90 como docente, tanto en colegios rurales como en particulares subvencionados. Cada uno con necesidades muy diferentes pero, sin embargo, al alero del mismo currículo. Ahí despertó su segunda gran inquietud: la descontextualización del sistema escolar con la educación rural. “Si yo veo que le sirve a los estudiantes, lo tomo. Si veo que es una utopía, le voy dando un sentido diferente”, dice Víctor sobre su metodología de enseñanza.

Víctor -a la derecha- en provincial de cueca, junto a estudiantes del Liceo San Nicolás, 2019.

Como docente, como miembro de la Dirección Municipal de Educación o como director, Víctor siempre mantiene la calma y piensa antes de hablar. Asegura que esta habilidad lo ha mantenido sano y atento a las necesidades de las comunidades educativas, en especial de los estudiantes: “Yo siempre digo que los que más saben son los niños(as)… Muchos de los cambios que hemos realizado son por las conversaciones que hemos mantenido con ellos. Yo creo que, mientras uno siga a los estudiantes, no te vas a perder”, dice.

Este amante del método científico, usualmente se despierta en medio de la noche y le da vuelta a los desafíos que tiene por delante. Le gusta observar sistemáticamente, medir, experimentar, formular, analizar y modificar en el caso que sea necesario. Así, sin miedo al cambio, ha aplicado este método en los distintos desafíos laborales que se le han presentado

Una mirada hacia afuera

Luego de 9 años ejerciendo como docente y conociendo distintas realidades en el sistema educativo chileno, Víctor realizó una pasantía en el área de la didáctica de las ciencias en Barcelona, España, y quedó maravillado. Su experiencia en un colegio técnico profesional del viejo continente confirmó que los cambios se pueden hacer: una educación ajustada al contexto y al sistema productivo local, con grandes nexos con empresas, sistemas de articulación, dinamismo, excelentes instrumentos de medición para lo conceptual, rúbricas para lo procedimental y espacio para la valoración de lo actitudinal.

Así, aterrizó en Chile con una idea clara para el sistema educativo nacional y tocó la puerta del DAEM de San Nicolás e incluso del Ministerio de Educación para implementarla… Pero el cambio no se podía generar de un día para otro y, como docente, era una misión muy difícil de empujar.

El levantamiento del Bicentenario de San Nicolás

  • “El colegio cambia y el impacto que tiene en el contexto social del sector es impresionante”.

San Nicolás es una comuna ubicada en la Región de Ñuble, en la zona central de Chile -a 25 kilómetros de la ciudad de Chillán- y las principales actividades económicas de la zona son rurales: forestal y agrícola. El Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente San Nicolás es uno de los dos establecimientos educacionales del sector y actualmente cuenta con una matrícula de 2.505 estudiantes.

Sin embargo, en 2007 el colegio tenía 308 estudiantes y peligraba su cierre. Víctor en ese entonces trabajaba en el DAEM de San Nicolás y, en conversaciones con el alcalde, decidió liderar un plan para reformular el establecimiento y asumió como director interino mientras encontraban a alguien con un perfil ideal. “La pobreza era extrema… Yo sabía que, sin un cambio radical, el establecimiento iría directo al fracaso, al repetir prácticas que no tenían ningún asidero en el mundo técnico profesional (TP)”, dice.

Fueron años en que hicimos muchísimos planes propios, que aprendimos a sacudir todo: botar lo que no servía e incorporar lo que estaba ocurriendo en el sector productivo”, dice Víctor, quien desde ese año, al confirmar su idoneidad para el cargo, sigue liderando el establecimiento como director, luego de postular a través de la Alta Dirección Pública.

Discurso de Víctor en firma de convenio con el sector productivo.

De esta manera, convencieron a la empresa Masisa para formar técnicos en el área de la madera a través de responsabilidad social empresarial, formaron un Consejo Asesor Empresarial (CAE), generaron alternancias con Danone, empresa que recién había llegado al sector -y donde actualmente hay exalumnos en cargos de jefaturas-, entre muchas otras iniciativas que buscaban vincularse con el sector productivo y adecuar el currículo a las necesidades reales del sector. “Tanto fue el impacto que esto causó, que las cifras Casen en San Nicolás se revirtieron en 8 años, pues en todas las casas había un técnico que estaba trabajando y aportando a la familia”, cuenta el director.

Con estos cambios, de a poco, la gente empezó a encontrarle sentido a la educación TP como una herramienta muy poderosa para salir de la pobreza y después proyectarse y estudiar. Así, y con las Becas Nuevo Milenio que empezó a entregar el Mineduc para estudiar una carrera TP, los y las estudiantes empezaron a soñar con acceder a la educación superior: “Eso nos hizo nuevamente reformular la parte curricular y comenzamos a hacer nexos con la educación superior”, cuenta Víctor.

Víctor firmando un convenio en inauguración AIEP Chillán.

Hoy

  • “El día que empezamos a crear nuestros planes y programas en base a las necesidades de los estudiantes, comenzamos a crecer”.

Es impresionante ver cómo los estudiantes se han empoderado y el tema de sus especialidades les llega al corazón”, dice Víctor. El director soñó con lograr que la elección por optar por la educación científico humanista o técnico profesional sea una decisión del estudiante en base a sus gustos y sueños y cree que van en la dirección correcta. Lo emociona ver cómo estos van abriendo caminos libremente: “Un joven que salió de la especialidad Química Industrial, apasionado con su especialidad, entró a estudiar medicina en la Universidad de Talca”, dice, y casos como estos hay muchísimos.

Víctor y exalumna en Universidad del Biobío.

Hoy el Liceo Bicentenario de Excelencia San Nicolás es reconocido a nivel regional, nacional e internacional por sus excelentes resultados y su atractivo proyecto y sellos educativos centrados en el estudiante. Debido a esto, no logran abarcar al sinnúmero de postulantes que tienen, pero quieren expandir su visión y comparten todo tipo de experiencias, incluyendo sus programas. En 2019, por este logro en el San Nicolás, la intendencia de Ñuble le entregó a Víctor la primera medalla “Vicente Méndez”, otorgada a quien consideran ‘el ñublesino destacado del año’.

Víctor recibiendo el reconocimiento “Vicente Méndez” otorgado por el intendente de la región de Ñuble -2019-, Martín Arrau.

Este líder educativo es un convencido de que la sociedad es producto de la educación y que la educación TP es un refugio y una oportunidad para sus estudiantes: “Para ellos es un camino para emprender, independizarse y empezar a construir su futuro”, dice. Todo lo que soñó en implementar en Chile lo pudo hacer en este colegio de San Nicolás y la evidencia demuestra que esa visión y determinación ha logrado cambiar vidas y una sociedad entera.

Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar en la EMTP

El presente marco es una guía desarrollada en directa relación con el Marco para la Buena Dirección y Liderazgo Escolar (MINEDUC), en conjunto con la reflexión derivada de una serie de mesas de trabajo convocadas por el CILED, donde participaron más de 60 actores relacionados con la educación TP del país. El documento busca disponer un conjunto claro de definiciones y fundamentos compartidos que orienten las prácticas de directores y equipos directivos en 5 dimensiones clave para gestionar los establecimientos TP en concordancia con los desafíos y transformaciones que el mundo actual plantea.

 

La vía rápida para nuevas competencias: educación técnica profesional

Esta charla presentada por Sergio Urzua, economista y consultor del Banco Mundial, en el marco del seminario internacional “Líderes escolares desde una perspectiva de innovación: prácticas y experiencias de la educación técnica”, se enfoca en el desarrollo de competencias que pueden ser adquiridas a través de la modalidad de programas cortos de Educación Superior.

Además en los siguientes micro-recursos (video e infografía) se presentan algunas de las ideas fuerza presentadas en dicho seminario.