“Debemos buscar la forma de poner al día a los estudiantes”

La directora de Formación del CILED, Magdalena Fernández, abordó en entrevista con Radio Guayacán de La Serena el estudio realizado por la Universidad de Chile y la Universidad Católica que reveló que a, septiembre de este año, los colegios han podido dictar menos del 30% de los contenidos preparados.

Va a ser un tiempo muy difícil de recuperar, los profesores van a tener que hacer un esfuerzo importante para re planificar y volver a priorizar los aspectos que son más relevantes del currículum para poner al día a los estudiantes”, sostuvo. De esta manera, la directora aseguró que las principales consecuencias se verán reflejadas en los aprendizajes que de alguna forma son esenciales para la vida como aprender a leer o el desarrollo de ejercicios matemáticos básicos.

La académica aseguró que los resultados del Simce -que conoceremos el próximo año- van a ser fundamentales para identificar dónde se debe reforzar y qué planes se deben generar para la recuperación. Adicionalmente, se mostró en desacuerdo con la nueva medida que prohíbe publicar los resultados del Simce por colegio. “Más allá de la competencia que se puede generar, hay que valorar las consecuencias positivas que tiene la medición y, en ese sentido, darles la oportunidad a las escuelas de compararse abre oportunidades de mejora”, asegura.

En la misma línea, sostuvo que la comparación entre pares de similares realidades permite reducir las brechas socioemocionales y educativas que tiene hoy el sistema educacional, pero asegura que para trabajar este problema debe existir un esfuerzo multisectorial donde, tanto sostenedores, directivos y las distintas instituciones sean parte del desarrollo de habilidades que reduzcan esta problemática.

Magdalena explica que la formación de líderes es un gran avance en la búsqueda de soluciones para las diferentes brechas que existen actualmente, valorando la labor realizada por el Ministerio de Educación, la cual permite que instituciones como el CILED sean parte de este fomento al liderazgo educativo.

Revisa la entrevista completa acá.

Las razones detrás del ausentismo escolar y su aumento en el país

julio 29, 2022

El reportaje de Chilevisión muestra las alarmantes cifras de ausentismo escolar en el país durante el 2022, que duplican las registradas durante el 2019. En el caso de la Educación Media Técnico Profesional el ausentismo es de un 39% durante el 2022, un 68% más que en 2019.

“Es súper importante el tema de los vínculos de confianza que se establecen al interior de las comunidades escolares. Cuando uno deja de tener contacto con una persona durante mucho tiempo, empiezan a aparecer todos estos fantasmas ‘yo no los conozco, ellos no me conocen a mí, yo ya soy otra persona’, sobre todo en la etapa de la adolescencia”, dice Magdalena Fernandez, Académica de la Facultad de Educación de la UDD y directora de formación del CILED.

Revisa el reportaje completo a continuación:

Entrevista a Soledad Ortúzar sobre auge en matrículas de carreras técnicas

“Las carreras técnicas son carreras más cortas y de menor costo, lo que es un atractivo para los jóvenes, sobre todo en un contexto post pandemia donde hay desafíos económicos. Son carreras que por sus características otorgan trayectorias de empleabilidad y de sueldo valoradas”, dice Soledad Ortúzar -directora del CILED– en Radio Infinita sobre la tendencia al alza en matrículas de carreras técnicas.

Revisa la entrevista completa acá:

Calidad docente en Educación Media Técnico Profesional

Carta al director realizada por Soledad Ortúzar, directora del CILED y Paola Sevilla, directora del Programa de Investigación Avanzada en Formación TP de la Universidad Alberto Hurtado, sobre la insuficiencia de los nuevos estándares para la formación docente en Educación Media Técnico Profesional como política aislada.

Carta publicada por La Tercera

 

SEÑOR DIRECTOR:

Recientemente, el Mineduc dio a conocer los estándares para la formación docente en la Educación Media Técnico Profesional (EMTP). Esta es una buena noticia, ya que permite establecer criterios comunes de las competencias pedagógicas, disciplinares y de vinculación con el sector productivo, que deben manejar los docentes de este sector.

Sabemos que la calidad docente tiene impacto directo en los aprendizajes de los estudiantes, cuestión de gran relevancia en la EMTP, que atiende al 37% de los estudiantes de 3° y 4° medio en nuestro país. Sin embargo, desde la política pública, todavía estamos lejos de responder a los desafíos en esta materia.

Las políticas implementadas para fortalecer y hacer más atractiva la profesión docente, como el Sistema de Desarrollo Profesional Docente (Ley 20.903), no apuntan a resolver los desafíos propios de quienes se desempeñan en este sector. Contamos con poca oferta formativa en el área -solo tres centros de educación superior imparten formación especializada conducente al título de profesor de EMTP- y no contamos con incentivos adecuados para atraer y retener a profesionales que provienen del sector productivo y que se podrían desarrollar en establecimientos de EMTP. Mientras no se implementen medidas que apunten a resolver estos temas, los estándares pasarán a ser otra política de letra muerta.

Entrevista en #Educación Técnica para el Futuro sobre Marco para la Buena Dirección TP

El programa #Educación Técnica Para El Futuro de Radio Agricultura entrevistó a Mauricio Bravo -director de Evaluación y Políticas Públicas del CILED– y Cecilia García -asesora técnico pedagógica del Centro para el desarrollo en la Educación Media de INACAP- sobre el reciente lanzamiento del Marco para la Buena Dirección y Liderazgo Escolar en la Educación Media Técnico Profesional .

¡Revisa esta entrevista acá!

Educación superior técnico profesional: libertad de enseñanza y movilidad social

Columna de opinión de Mauricio Bravo Rojas, director de Políticas Públicas CILED publicada en La Tercera.

15/03/2022

Con el fin de alcanzar un mayor desarrollo económico y social, los países deben realizar importantes esfuerzos para aumentar su competitividad, siendo fundamental la inversión en capital humano. En este sentido, es de vital importancia la educación superior técnico profesional como un camino para que los individuos alcancen sus metas a lo largo de la vida y, junto con ello, para que las naciones logren mayor desarrollo productivo. Con el propósito de reconocer la relevancia de la formación profesional, Naciones Unidas en 2015, a través de la agenda 2030 para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), estableció como una de sus metas “aumentar sustancialmente el número de jóvenes y adultos que cuentan con las competencias pertinentes, incluidas las técnicas y profesionales, para el empleo, el trabajo decente y el espíritu empresarial”.

En este contexto, el Consejo de Rectores de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica acreditados –Vertebral– propone a la Convención Constitucional diversas normas relativas a la educación superior, entre ellas, promover garantías a la libertad de enseñanza inspirada en la diversidad de los sistemas nacionales de educación superior. Sin duda, esta medida va en el camino correcto, porque la diversidad institucional es una expresión de las variadas cosmovisiones dentro de las sociedades democráticas y ofrece además una mayor capacidad de respuesta a las variadas demandas de la población (Dill y Teixeira, 2000; Geiger, 1996; Neave, 2000; Van Vught, 1996). Por su parte, la formación técnico profesional promueve una mayor diversificación sistémica gracias a que su oferta va más allá de los tradicionales programas universitarios, lo que sin duda amplía la libertad de elección de los estudiantes y sus familias (Codling y Meek, 2006).

Adicionalmente, gracias a la diversificación (estatal-privada; universitaria-no universitaria) se logra absorber estudiantes no tradicionales y con ello contribuir a una mayor movilidad social. Por tanto, la libertad de enseñanza ha permitido que nuestro país cuente con un sistema de educación superior altamente diverso, que se expresa no solamente en la provisión estatal-privada, sino también en la capacidad para responder a las demandas de la sociedad y a los distintos proyectos vitales (universitario – no universitario).

Se espera que los convencionales analicen atentamente las múltiples externalidades positivas que la libertad de enseñanza ha dejado a todos aquellos estudiantes que representan a las primeras generaciones que ingresan a la educación superior, más aún, cuando se escoge formación técnico profesional. Esta última ha contribuido ampliamente a la universalización de la educación superior, contribuyendo a la conformación de un sistema con accesibilidad para todos.

Resultados PDT: “Estamos logrando un acceso a la educación superior más justa y equitativa”

Los resultados de la Prueba de Transición -PDT- 2021 mostraron una promisoria reducción de las brechas por dependencia y rama educacional de acuerdo con los puntajes obtenidos por los 228 mil estudiantes que la rindieron, en comparación con la PSU de 2020.

El debut de la PDT -de acuerdo al Mineduc-, logró disminuir las brechas en casi todos los análisis realizados. En efecto, en todas las pruebas analizadas se muestra una disminución de las brechas entre colegios particulares pagados y municipales, y entre colegios científico-humanistas y técnico-profesionales, con un notorio acortamiento de las brechas en la Prueba de Comprensión Lectora.

Al respecto, la directora ejecutiva del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo -CILED-, Soledad Ortúzar, mencionó en una entrevista con 24 Horas que estamos logrando un acceso a la educación superior más justa y equitativa. “La PDT le hace justicia a los establecimientos técnico profesionales, debido a que se le da mayor espacio a medir competencias. Estos resultados apuntan a una mayor equidad en el sistema, pues mide aprendizajes de manera más justa en los distintos tipos de establecimientos”, mencionó.

Ortúzar cree que estamos avanzando en la dirección correcta en la forma de medir los aprendizajes, pues la PDT está en línea con pruebas de admisión a la educación superior en otras partes del mundo, basada en evidencia y respaldada por expertos en educación internacionales.

Revisa la entrevista completa aquí.

 

La urgencia de retornar a clases presenciales en educación técnico profesional: contexto y desafíos

Por Mauricio Bravo y Armando Rojas

Centro de Innovación en Liderazgo Educativo – Universidad del Desarrollo

Los sistemas educativos de todo el mundo han experimentado significativas transformaciones, producto de la crisis sanitaria provocada por el covid-19. En este sentido, las comunidades educativas han debido enfrentar esta compleja situación impulsando una serie de medidas, con el fin de mitigar los efectos que la pandemia ha tenido sobre los aprendizajes. Al respecto, el Banco Mundial -utilizando una herramienta que permite simular las pérdidas de aprendizaje- ha estimado que dicha pérdida podría alcanzar en los países de América Latina un promedio de 1,3 años. Esta situación podría ser mayor en los países que estaban en mejor situación antes del covid-19 (Como sería el caso de Chile).

En torno a lo mismo, Fernando Reimers -director de la Iniciativa Global de Innovación en la Educación de la Universidad de Harvard- ha señalado que la pandemia ha aumentado la pobreza y la exclusión y ha creado problemas de salud mental. Todo ello -continúa el autor- aumenta la necesidad de innovación y de liderazgo, lo que redunda en la necesidad de contar con escuelas que puedan aprender, que sepan potenciar sus prestaciones colaborando con otras escuelas y estableciendo alianzas con otras instituciones sociales, universidades, empresas y organizaciones de la sociedad civil (Reimers, 2021). Por su parte, Linda Darling-Hammond -presidenta del Centro para la Política de Oportunidades en Educación de la Universidad de Stanford- afirma que “cuando tienes estos grandes momentos de disrupción social a menudo llevan a cambios sociales generacionales, a enormes diferencias respecto de la manera en que organizamos la sociedad y cómo educamos a nuestros hijos. Creemos que esta es una de esas oportunidades en que mientras reiniciamos las escuelas necesitamos reinventarlas” (Darling-Hammond, 2021).

En Chile, en tanto, según un estudio realizado por el Centro de Estudios del Mineduc en 2020, los estudiantes de Chile podrían perder, en promedio, un 88% de los aprendizajes de un año, y al desagregar por nivel socioeconómico, los alumnos de menores recursos (quintil 1) podrían perder, en promedio, un 95% de sus aprendizajes; mientras que aquellos de mayores recursos (quintil 5) podrían perder un 64%.

Teniendo presente lo anterior, ¿cómo afecta esto a la educación técnico profesional en Chile? En nuestro país, existen en la actualidad 934 liceos técnico-profesionales, cuya matrícula representa el 37% del total de estudiantes de tercer y cuarto año de educación secundaria, porcentaje que proviene en su mayoría de sectores vulnerables. De los más de 155 mil jóvenes que estudian en estos establecimientos, un 52% son hombres y el 47% son mujeres. En términos curriculares, se imparten 35 Especialidades con 17 menciones, que involucran a alrededor de 6.500 docentes (Mineduc, 2020).

Ahora bien, producto de la pandemia, la educación técnico profesional se ha visto especialmente golpeada. Esto debido fundamentalmente a que los estudiantes deben adquirir conocimientos, pero también necesitan aprender habilidades prácticas y sociales. Al respecto, según un estudio del Centro de Estudios del Mineduc de 2021, en términos de adquisición de aprendizajes, los estudiantes de los 732 liceos técnico profesionales que no abrieron durante todo 2020 (el 78% del total de establecimientos de este tipo a nivel nacional) tuvieron solamente dos semanas de clases, lo que equivale al 5% de las clases que debieran haber recibido (Centro de Estudios del Mineduc, 2021).

Sobre esta base, se realizaron estimaciones sobre el porcentaje de horas de formación específica que perdieron estos alumnos de 3° y 4° medio técnico profesional (sobre el total de 836 horas anuales asociadas a la especialidad cursada), debido exclusivamente al componente práctico de los programas que no se desarrollaron.

Los resultados mostraron que los alumnos de 3° medio perdieron 459 horas de trabajo práctico, lo que equivale al 55% del total de horas de formación específica (considerando módulos teóricos y prácticos) que les correspondía cursar. Por su parte, en 4° medio esta pérdida fue de 446 horas en promedio, alcanzando el 53% de la formación específica correspondiente. En suma -concluye el estudio- casi la mitad de las horas de formación específica -es decir, un 54%- que les corresponde a estos estudiantes este año no pudieron llevarse a cabo, pues requieren necesariamente de un trabajo presencial, lo que supone una pérdida de aprendizaje muy importante dentro de su desarrollo profesional.

Todo lo anteriormente descrito revela la urgente necesidad de retornar a clases presenciales en el menor plazo posible. Es por ello que como CILED apoyamos firmemente esta medida y hacemos un llamado a todos los sectores a involucrarse de la misma manera y con la misma fuerza en su implementación.

Ahora bien, al pensar en el retorno a la presencialidad ¿Cómo debería ser el liceo técnico profesional post covid? ¿Qué caminos debiera tomar la educación técnico profesional? Al respecto, proponemos 3 características distintivas para este nuevo liceo TP: En primer término, el liceo técnico profesional surgido de la pandemia debe ser innovador, en tanto debe buscar nuevas metodologías de enseñanza para suplir esta gran pérdida de aprendizaje; colaborativo, en tanto, debe aprender a trabajar con otros liceos y vincularse estratégica y fuertemente tanto con el mundo de la educación superior como con el sector productivo; y tecnológico, en tanto debe incorporar decididamente la tecnología a los procesos de enseñanza aprendizaje y a la gestión institucional. De esta manera, la educación técnico profesional y sus estudiantes podrían enfrentar de mejor manera los enormes retos que se vienen por delante.

Columna de opinión publicada en biobiochile.cl 

Revisa la publicación aquí.

Una acusación sin sentido.

Señor Director:

El pasado 20 de julio un grupo de parlamentarios de oposición ingresó una acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Raúl Figueroa, por incentivar la apertura de las escuelas y las clases presenciales, argumentando una vulneración del derecho a la educación, vulneración de los trabajadores de la educación y una amenaza a la vida e integridad física y psíquica. Es difícil darle sentido a esta acusación cuando toda la evidencia demuestra la urgencia para el bienestar de niños y jóvenes de retomar la presencialidad.

Basta con escuchar las declaraciones de las directoras de Unicef y Unesco pidiendo el retorno a clases presenciales para “evitar una catástrofe generacional”, afirmando que lo que los niños y jóvenes han dejado de recibir durante estos 18 meses puede que no se recupere jamás; la pérdida de aprendizaje, las dificultades psicológicas, la exposición a la violencia y el maltrato, la ausencia de comidas y vacunas en la escuela, o la limitación de las habilidades sociales. Todas estas consecuencias afectarán el rendimiento educativo de los niños y su participación en la sociedad, así como su salud física y mental.

Tomando esto en consideración, nos parece que el ministro no hizo más que cumplir con su deber, focalizando sus esfuerzos para que los estudiantes, de manera voluntaria, puedan regresar a clases presenciales, resguardando siempre la seguridad de toda la comunidad a través de protocolos que orientan a los establecimientos a un retorno seguro.

Frente a este escenario, nos preguntamos: ¿de qué sirven las investigaciones y estudios que han publicado organizaciones a nivel mundial, demostrando con evidencia la baja tasa de contagio que ocurre en las escuelas? ¿Para qué sirven los consejos asesores y creación de protocolos por parte de expertos, si luego se acusa de faltar a su deber a quien toma decisiones basadas en fuentes que suelen escuchar quienes promueven la acusación (Unesco, Unicef, Banco Mundial)?

La verdad es que los que faltan a su deber son quienes ponen primero la disputa política antes que la educación de los niños, niñas y jóvenes de nuestro país.

Josefina Santa Cruz V.
Decana Facultad Educación U. del Desarrollo

Carolina Flores C.
Decana Facultad Educación U. Alberto Hurtado

Ana Luz Durán B.
Decana Facultad Educación U. San Sebastián

Luz Pacheco M.
Corporación Educacional Aprender

Soledad Ortúzar P.
Directora Centro de Innovación en Liderazgo Educativo

J. Patricio Cornejo H.
Presidente Corporación Educacional Monte Aconcagua

Devastadores Niveles

Carta publicada en El Mercurio, Domingo 29 de mayo 2021

Señor Director:

El Ministerio de Educación anunció recientemente los devastadores niveles de aprendizaje alcanzados por todos nuestros estudiantes escolares el año 2020, y que las pérdidas de aprendizaje son aún mayores en estudiantes más vulnerables. Otros estudios en nuestro país ya nos han alertado del impacto de la pandemia en estudiantes preescolares. Estos resultados están en línea con lo planteado por Unesco, la OCDE, diversos organismos internacionales e investigadores, respecto del impacto del covid-19 en la educación y en el futuro de generaciones de niños y niñas de todo el mundo.

Aunque claramente estos resultados refuerzan el sentido de urgencia de retomar la presencialidad para todo el sistema educativo, también es importante entender que esto no será suficiente para enfrentar las consecuencias que nos trajo el covid-19. Para quienes creemos que la educación es el motor de desarrollo social y económico del país, estos resultados significan que no solo debemos recuperar aprendizajes, eso es lo mínimo. La educación cambió, y de forma permanente. El gran desafío es un salto en calidad para todo el sistema escolar, avanzar hacia procesos de enseñanza-aprendizaje que potencien habilidades del siglo XXI, como pensamiento crítico, empatía y colaboración. Aquí la innovación pedagógica juega un rol fundamental. Esta pandemia nos ha mostrado cómo comunidades educativas han sido capaces de innovar y adaptarse en contextos muy difíciles e inestables; debemos aprender de estas experiencias y potenciar su desarrollo en los años que vienen.

Esto requiere compromiso, esfuerzo y recursos. Así lo ha entendido Joe Biden en Estados Unidos, que ha anunciado un gasto histórico en educación para ‘reinventar’ la economía del país. Darle prioridad a la educación es potenciar y cambiar trayectorias de vida de niños y niñas, y así el futuro del país.

SOLEDAD ORTÚZAR, Directora Centro de Innovación en Liderazgo Educativo CILED