Soledad Ortúzar, directora ejecutiva del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED), sostuvo una conversación en el programa “Juntos por la mañana” de Radio Guayacán (Coquimbo), donde abordó los resultados de la radiografía a los directores y directoras de escuelas en Chile, que elaboró junto a los investigadores Christian Lazcano, Pablo Siegel y María Gracia Silva.
Al respecto, Ortúzar explicó que “la motivación (para realizar este estudio) es la evidencia tanto nacional como internacional que releva el gran impacto que tienen los directores”.
En esa línea, destacó que uno de los principales hallazgos es que quienes ejercen cargos directivos en Chile trabajan en establecimientos con altos índices de vulnerabilidad. “Esto representa desafíos, porque sabemos que trabajar con altos índices de vulnerabilidad conlleva a otro tipo de labores, más allá de las educacionales, que tienen que ver con entender quiénes son los estudiantes y cuáles son las problemáticas de sus familias y comunidades”, señaló.
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En el marco de las actividades que realiza el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED) con establecimientos de Educación Media Técnico-Profesional (EMTP), el pasado martes 12 de noviembre se llevó a cabo una visita a la Universidad del Desarrollo (UDD) por parte de alumnos de la especialidad técnica de Enfermería del Liceo Bicentenario Patricio Mekis de Padre Hurtado.
La visita, organizada por la carrera de Enfermería UDD, tuvo como objetivo fortalecer el vínculo entre la formación técnico-profesional y el ámbito académico, promoviendo el aprendizaje práctico y el desarrollo de competencias clave para los estudiantes.
Durante la actividad, los estudiantes escucharon una charla sobre autocuidado, dictada por alumnas de la carrera de Enfermería UDD. Posteriormente, participaron de un taller de vendaje, con el fin de poner en práctica los conocimientos adquiridos en su especialidad técnico-profesional. De esta manera, se vendaron entre ellos mismos algunas partes del cuerpo, como la cabeza, los brazos y las manos.
Esta instancia no solo permitió reforzar habilidades técnicas, sino también fomentar el aprendizaje colaborativo y fortalecer la motivación de los estudiantes para continuar desarrollándose en su campo profesional.
10 establecimientos educativos de todo el país fueron destacados en el texto, cuyo eje central es la vinculación de los liceos técnico-profesionales con el sector productivo y social.
En esta ocasión, el foco estuvo puesto en un tema clave para el desarrollo del país: la vinculación de los liceos técnico-profesionales con el sector productivo y social. A través de 12 experiencias exitosas, seleccionadas tras una convocatoria a nivel nacional, el libro evidencia cómo el liderazgo educativo puede actuar como puente efectivo entre la formación escolar y las demandas del mercado laboral.
El lanzamiento comenzó con las palabras de Soledad Ortúzar, directora ejecutiva del CILED, quien destacó que “uno de los grandes valores de la educación técnico-profesional es la posibilidad de ofrecer a los jóvenes una formación práctica que los prepare de manera más pertinente, actualizada y alineada a las necesidades del sector productivo”.
Posteriormente, se realizó un panel de discusión —moderado por Javier Martínez, académico de la Facultad de Psicología UDD y director del proyecto “Buenas Prácticas” del CILED—, que contó con destacados invitados, como Gino Cortez, secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación; Pablo Kusnir, gerente general de Educación Técnico-Profesional de la Corporación SOFOFA, y Carolina Guerrero, directora del Liceo Padre Alberto Hurtado Cruchaga de Pica.
“Este libro busca sistematizar un quehacer presente y vivo en los establecimientos, su entorno social y el sector productivo. Uno de sus grandes valores radica en su potencial de ser compartido y adaptado, permitiendo que las respuestas generadas en un contexto determinado puedan ser replicadas y adoptadas en otros”, señaló Javier Martínez durante su intervención.
El evento concluyó con la invitación a los participantes a continuar promoviendo la innovación en los liceos técnico-profesionales y a seguir fortaleciendo la conexión entre la educación y las necesidades del país. Además, se puso a disposición de los asistentes la versión digital del libro, que será distribuida gratuitamente a través de la página oficial del CILED.
La instancia, encabezado por Magdalena Piñera Morel, tuvo como objetivo fortalecer los lazos entre los directivos y establecimientos educacionales.Por Daniela Silva
El fin de semana pasado, la Fundación Piñera Morel (FPM) y Fundación Futuro llevaron a cabo el Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario de Chile, donde participaron más de 100 directivos.
En esta oportunidad, encabezado por Magdalena Piñera Morel, hija del fallecido expresidente Sebastián Piñera y directora ejecutiva de la Fundación FPM, el encuentro realizado el pasado fin de semana en Bahía Coique, Futrono (Región de Los Ríos), tuvo como objetivo fortalecer los lazos entre los directivos y establecimientos educacionales, promover el intercambio de experiencias, generar nuevas redes de colaboración y potenciar el impacto de los Liceos Bicentenario como motores de transformación educativa.
Magdalena Piñera destacó la importancia de fortalecer los Liceos de Excelencia, destacando que “son una muestra de que, con compromiso de toda la comunidad y amor por la educación, es posible transformar vidas”.
La instancia contó con destacados panelistas nacionales como Magdalena Plant, fundadora Red Directiva; Catalina Araya, directora de educación de Fundación País Digital; Soledad Ortuzar, directora Centro de Innovación en Liderazgo UDD y Alejandra Ibieta, directora de desarrollo de Fundación Ama+.
Al finalizar el encuentro, los directores que participaron del encuentro firmaron un manifiesto donde se comprometieron a trabajar en comunidad, compartir experiencias y generar instancias de colaboración.
Más de 100 líderes escolares de todo Chile participaron, desde el viernes 15 hasta el domingo 17 de noviembre, en el Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario, organizado por la Fundación Piñera Morel (FPM) y la Fundación Futuro.
El evento, encabezado por Magdalena Piñera Morel, directora ejecutiva de la FPM, tuvo como objetivo fortalecer los lazos entre los directivos y establecimientos educacionales, promover el intercambio de experiencias, generar nuevas redes de colaboración y potenciar el impacto de los Liceos Bicentenario como motores de transformación educativa.
La instancia, realizada en Bahía Coique, comuna de Frutono, Región de Los Ríos, contó con la participación de nuestra directora ejecutiva, Soledad Ortúzar, quien presentó una detallada exposición sobre la evidencia del liderazgo escolar y el impacto que este tiene en los aprendizajes.
“Esta experiencia resultó ser muy inspiradora: pude compartir con líderes comprometidos de todo Chile, que están transformando sus comunidades educativas. La oportunidad de hablar sobre el liderazgo educativo y su impacto directo en los aprendizajes refuerza mi convicción de que un liderazgo fuerte y visionario es clave para garantizar una educación de calidad en todo el país. Agradezco a la Fundación Piñera Morel y la Fundación Futuro por crear este espacio de colaboración y reflexión”, señaló Ortúzar.
Asimismo, el evento contó con otros destacados panelistas nacionales como Magdalena Plant, fundadora de la Red Directiva; Alejandra Ibieta, Directora de Desarrollo de Fundación Ama+ y Catalina Araya, Directora de Educación de Fundación País Digital.
Al finalizar el encuentro, los más de 100 directores firmaron un manifiesto donde se comprometen a trabajar en comunidad, compartir experiencias y generar instancias de colaboración. La finalidad es potenciar y reforzar los establecimientos de excelencia. Desde su creación en 2010, los Liceos Bicentenario han demostrado un impacto profundo en la educación chilena, alcanzando ya 400 establecimientos.
El Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario reafirma el compromiso de las fundaciones organizadoras con la excelencia educativa, ofreciendo un espacio para compartir buenas prácticas, reflexionar sobre las mejores estrategias pedagógicas y fortalecer una red de líderes comprometidos con la mejora continua. Las instituciones ya están trabajando para la realización de la instancia el próximo año.
Aunque el salario es importante, según el investigador, otros factores que también influyen en mantener a los profesores en el sistema son el liderazgo y el clima escolar.
La escasez de profesores es un problema que no solo afecta a Chile, sino al mundo. Según cifras de las Naciones Unidas publicadas en febrero de este año, en 2030 se necesitarán 44 millones de docentes adicionales en el planeta. n el país, el déficit será de 33 mil en esa fecha, según proyecciones de Elige Educar.
Así lo plantea Jason A. Grissom, académico de la Universidad de Vanderbilt, EE.UU., quien ha dedicado parte de su investigación a esta temática y quien presentó algunos de sus hallazgos en un seminario organizado por el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (Ciled).
Un reto que las situaciones de violencia, la falta de competitividad en los salarios y la llegada de las nuevas tecnologías ponen cuesta arriba. Sin embargo, existen estrategias efectivas que podrían ayudar a contrarrestar la “fuga docente”.
—¿Cuáles son las principales razones por las que los docentes dejan la profesión?
“Cuando hacemos encuestas a docentes que han dejado la profesión y les preguntamos por qué se fueron, el acompañamiento, la calidad del liderazgo o la forma en que percibían la gestión de la escuela encabezan la lista. En Estados Unidos, tenemos mucha evidencia de que las escuelas con directores de alta calidad tienen tasas de retención muy altas, especialmente, de sus docentes más efectivos. Cuando los salarios no se mantienen al día respecto al de otras profesiones, también tendrás tasas de deserción más altas”.
—¿Qué prácticas de liderazgo han demostrado ser efectivas en la retención docente?
“Diagnosticar los desafíos del clima escolar e implementar una estrategia para construir un ambiente que esté marcado por la confianza, la transparencia, la buena comunicación y el compromiso de los niños y las familias. Crear oportunidades para la colaboración dentro del horario escolar. El apoyo a la instrucción. Darles buena retroalimentación a los docentes sobre sus prácticas. Cuarto, pensar estratégicamente sobre los objetivos de la escuela. Y si tienes docentes realmente efectivos, asegúrate de que se sientan valorados”.
—Es común que se apele a la vocación docente, tanto para atraer como para retener a los profesores. ¿Es efectivo?
“También sucede en Estados Unidos. Es importante que la sociedad valore la enseñanza. Queremos que los docentes amen su profesión, pero también que esta sea respetada. No es justo pensar: ‘Debes enseñar porque amas a los niños y quieres que aprendan, pero no te pagaremos adecuadamente’. Necesitamos que los docentes estén comprometidos y que sientan que la enseñanza es una profesión digna y valorada. Aún así, no se puede depender solo de la vocación para retenerlos. Se deben crear condiciones laborales que los motiven a seguir, incluso en los días difíciles”.
—En ese sentido, ¿cuánto influye el clima escolar?
“Los docentes son muy sensibles a sus condiciones de trabajo. Y hay algunos aspectos que parecen ser especialmente importantes, como el clima escolar. Cuando sienten que la conducta de los estudiantes no está bajo control, son menos propensos a quedarse en esas escuelas”.
—Y la cantidad de estudiantes por aula. ¿Incide?
“El tamaño de la clase es más que un número. Representa una serie de interacciones sociales que un docente tiene que tener con estudiantes y familias. Y así, los tamaños de clase más altos pueden volverse desafiantes para los docentes y llevar, a largo plazo, a que los docentes sean menos propensos a quedarse”.
—¿Qué políticas públicas han mostrado ser eficientes para retener a los educadores?
“No hay una única estrategia, es un paquete que debe estar dirigido a mejorar la vida laboral del docente. El salario es el mecanismo más fácil de activar, aunque es el más costoso. Lo que hemos encontrado en Estados Unidos es que para hacer una diferencia en la retención, necesitarías aumentar el salario de manera bastante sustancial. Si lo aumentas solo un poco, no obtienes grandes cambios. El salario es una señal importante del valor que la sociedad le otorga a la enseñanza. También tenemos cierta evidencia de que los docentes son más propensos a quedarse cuando sienten que están mejorando, por lo que aumentar las oportunidades de desarrollo profesional puede ayudar”.
—¿Los celulares en el aula son un aliado o factor de estrés para los profesores?
“Aún no contamos con una investigación exhaustiva sobre los efectos que los celulares tendrán en la enseñanza. Sin embargo, como parte de una investigación he estado entrevistando a líderes escolares sobre los desafíos que enfrentan en la contratación y retención de docentes, y he escuchado con frecuencia que el uso de celulares y la tecnología se están convirtiendo en obstáculos. Los docentes encuentran complicado gestionar estas distracciones. No obstante, también he observado ejemplos positivos en los que los docentes han integrado los celulares en su práctica instructiva. A pesar de esto, me preocupa que no se está proporcionando la capacitación ni el apoyo necesarios a los docentes para gestionar estos desafíos en las escuelas y creo que esto podría tener consecuencias en el aumento de la rotación”.
—En Chile, las educadoras de párvulos tienen un salario mucho más bajo que los docentes a nivel escolar. ¿Qué efectos puede tener esto?
“En Estados Unidos tenemos un problema similar, donde ñps docentes de educación infantil también reciben una compensación significativamente más baja. Como resultado, sus tasas de rotación son mucho más altas. Lo ideal sería contar con una fuerza laboral de alta calidad y estable, pero nunca hemos invertido en ello. Es esencial ponerse al día, ya que estamos reconociendo el valor de la educación en estos años cruciales, pero nunca se podrán optimizar los beneficios si no contamos con una fuerza laboral más estable”.
La académica del Peabody College visitó la Universidad del Desarrollo para participar en el Seminario Internacional “Liderazgo Educativo: Estrategias Globales para la Efectividad y el Impacto”. En esta entrevista, reflexiona sobre los desafíos que enfrentan los docentes y líderes escolares, destacando la importancia del crecimiento profesional y la colaboración en comunidad. Además, aborda cómo convertir las crisis en oportunidades, el impacto de la inteligencia artificial en la educación y la relevancia de comprender los propios sistemas educativos antes de adoptar modelos internacionales.
Se escribe X-I-U, pero se pronuncia como la palabra “show” en inglés. Esa, en todo caso, no es la única particularidad que tiene su nombre: también significa “linda” en chino mandarín, su lengua materna.
Con esa breve introducción, Xiu Cravens, académica y profesora en el Departamento de Liderazgo, Política y Organizaciones del prestigioso Peabody College de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos), comienza esta entrevista. Sentada en un café de la Universidad del Desarrollo, donde acaba de exponer ante 400 personas sobre condiciones para el desarrollo y la retención efectiva de docentes —en el marco del seminario internacional “Liderazgo Educativo: Estrategias Globales para la Efectividad y el Impacto”—, valora la invitación que recibió del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED) para participar de este evento.
“La UDD es una universidad joven, pero está llena de energía y compromiso. Se siente muy orientada hacia el futuro, aprovechando mucha innovación y buenas ideas. Eso es algo que Vanderbilt y la UDD tienen en común”, dice, sonriente.
Nacida al este de China, en la ciudad de Nankín, Xiu Cravens reside en Estados Unidos desde 1989, cuando viajó para realizar sus estudios de posgrado en Políticas Educativas. “Es como aprender un idioma extranjero: no solo necesitas exposición, sino también el vocabulario y la gramática para poder aprenderlo de manera efectiva, crear nuevas oraciones y escribir ensayos. Para el aprendizaje académico de políticas educativas, es algo parecido”, acota.
—¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan los docentes en la actualidad?
—Hay muchos problemas. Algunos son externos, relacionados con la presión económica y la tecnología, que a veces es abrumadora. Pero también hay problemas internos, intrínsecos: es muy difícil enfrentar desafíos, tener tareas abrumadoras, estudiantes que atender y enseñar todo el día. Debido a esto, muchos maestros no se sienten motivados y su bienestar socioemocional no es bueno. Creo que, muchas veces, hablamos del aprendizaje de los estudiantes, pero los docentes también son aprendices. Ellos son tan importantes como sus alumnos. Son como árboles o flores: necesitan crecer. Si siempre se enfrentan a desafíos sin oportunidades de crecimiento, no querrán seguir y se irán.
—Xiu Cravens continúa:
—Esta sensación de crecimiento, de ser nutrido como una planta, es realmente importante. Otras profesiones también tienen desafíos, pero los docentes lo tienen especialmente difícil debido al entorno en el que trabajan. A veces no ven el crecimiento. Es ahí donde los directores y líderes pueden intervenir: darles una pequeña comunidad, apoyarlos, dejarlos aprender y que sientan que están marcando una diferencia. También es importante darles oportunidades para ser líderes e innovadores. Creo que, con la inteligencia artificial y la nueva tecnología, a veces esto puede parecer un desafío. Pero en chino, la palabra crisis tiene dos caracteres: uno significa peligro y el otro significa oportunidad. Así que una crisis presenta peligro, pero también presenta oportunidades. Y eso es en lo que deberíamos enfocarnos.
—¿Cómo podrían los sistemas educativos convertir esos desafíos en oportunidades?
—Un ejemplo relevante en este momento es la era digital con la llegada de la inteligencia artificial. Es algo nuevo, pero lo que vemos en los sistemas que lo manejan bien es que, cuando tienes algo nuevo y diferente, lo mejor es recurrir a la sabiduría colectiva. No se trata de que una sola persona trate de resolverlo por sí misma, o que cada uno lo haga por separado. Lo ideal es que las personas con experiencia se reúnan para pensar en conjunto, compartir lo que han aprendido con otros grupos, y así sucesivamente. Este es un modelo de investigación colaborativa en capas, con pequeños ensayos y cambios reiterativos, pero que eventualmente permite compartir lo aprendido y hacerlo más eficiente.
Por ejemplo, algunos países están aprovechando los ciclos de investigación colaborativa ya existentes, pero con el apoyo de profesores expertos y especialistas en IA que redactan pautas juntos. Esto se debe a que, al igual que aprender un idioma, usar IA para crear pautas es complejo y requiere capacitación previa. Una vez que los profesores expertos dominan y prueban estas pautas, entrenan a un nuevo grupo de profesores líderes, quienes luego personalizan las pautas para sus propias escuelas. A su vez, estos líderes capacitan a otro grupo, generando un proceso escalonado y continuo, como un efecto dominó.
—En ese sentido, ¿cuáles son los elementos más importantes que tanto profesores como líderes escolares deberían desarrollar?
—Crear “condiciones propicias”. Con esto me refiero a tener una estructura y una rutina que sean efectivas, pero también a proporcionar el apoyo necesario para que los profesores aprendan. Los profesores y directores deben ser vistos como aprendices. Lo que hemos encontrado a partir de los modelos internacionales es que, cuando los profesores y directores aprenden como pares, utilizamos un término que llamamos “investigación colaborativa”. Y existe un proceso muy científico en el que pueden involucrarse para que esa investigación colaborativa sea efectiva. Hoy presenté un modelo en mi charla que comienza con un ciclo de mejora, y este ciclo necesita ser continuo a lo largo del tiempo. Además, no es suficiente tener esta práctica dentro de una sola escuela; se necesita formar comunidades llamadas “comunidades de mejora en red”.
—¿Hay alguna experiencia internacional que considere un modelo a seguir?
—Sí, definitivamente hay algunos buenos modelos, pero también enfrentan sus propios desafíos. Por ejemplo, en los países de Asia oriental enfrentan un desafío demográfico porque no hay suficientes niños y tienen una población envejecida, un problema que también tiene Chile. A veces, hay un énfasis excesivo en las pruebas, aunque les va bien en ellas. Así que, aunque algunos de estos países como Singapur, Taiwán, Hong Kong o China están haciendo muchas cosas bien, también tienen sus problemas. Hay muchos lugares de los que podemos aprender, pero debemos enseñar a nuestros directores y maestros cómo hacer preguntas adecuadas para sus propios contextos escolares cuando visiten otros países, como Singapur o Taiwán. Tener un marco analítico y saber cómo hacer preguntas relevantes es lo más importante. De esa manera, realmente podemos aprender de las crisis internacionales. Alentaría a los educadores e investigadores que quieran aprender de modelos internacionales a entender primero muy bien su propio sistema, y luego analizar cómo funciona la estructura antes de aprender de otros.
—Finalmente, ¿qué recomendación le daría a los maestros y directores para que desarrollen liderazgo en sus comunidades educativas?
—Tal vez un par de cosas. Una sería aprender de sus pares. Las investigaciones muestran que el mejor desarrollo profesional proviene de aprender de colegas que están implementando cosas de manera más efectiva. La segunda sería aprender en grupo, encontrar personas con objetivos y metas comunes, y trabajar en conjunto para resolver problemas. La tercera recomendación sería utilizar el conocimiento externo, es decir, trabajar con centros y colaborar con investigadores, de modo que siempre puedas llevar tu aprendizaje al siguiente nivel. A veces, aprender solo de los colegas puede ser limitado, por lo que necesitas expandir tus conocimientos aprendiendo de personas con experiencia más generalizada de otros lugares y grupos para seguir creciendo.
El Banco Mundial, en su reciente Informe sobre Desarrollo Mundial 2024: “La Trampa del Ingreso Medio”, destaca que los países que han alcanzado altos niveles de crecimiento económico han pasado por una fase de innovación, construyendo capacidades internas y desarrollando empresas generadoras de conocimiento globalizado. Además, subraya que la mayoría de esos países han logrado tales avances invirtiendo en una educación técnica de calidad, alineada con las necesidades del mercado laboral.
Estos resultados son una referencia relevante para Chile. En nuestro país, cerca del 40% de los estudiantes se gradúa de un establecimiento de educación media Técnico Profesional (TP), y cada vez más optan por continuar con la educación superior TP. Esta modalidad educativa se basa en el aprendizaje experiencial y fomenta habilidades del siglo XXI: dota a las nuevas generaciones de insumos para un mundo cambiante, desafiado por las transformaciones que la tecnología y la globalización están produciendo en los entornos laborales. En el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED), de la Universidad del Desarrollo, replicamos una encuesta de opinión pública —enfocada en este tipo de enseñanza— realizada por la CEDEFOP (Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional). Los resultados fueron alentadores: 71% de los chilenos tiene una opinión “bastante positiva” o “muy positiva” de la educación media TP, situándonos al mismo nivel de algunos países en que esta modalidad educativa es emblemática, como Alemania (73%), e, incluso por encima del promedio de la Unión Europea (67%). Además, un 78% considera que la educación técnica contribuye a superar la exclusión social en el país y un 77% cree que fortalece la economía.
A pesar de estos resultados, existe una desconexión entre la percepción positiva y la realidad. Esto se refleja en que, a nivel de políticas públicas, todavía no se ha dado suficiente impulso al desarrollo de la educación TP.
Para superar estos desafíos, es esencial que se destinen más recursos y apoyos, promoviendo la colaboración entre instituciones educativas, empresas y el Gobierno. Asimismo, es necesario crear políticas públicas que impulsen la actualización y pertinencia de la formación TP, fomentando la innovación e integrando tecnologías emergentes. De este modo, se fortalecerá la conexión entre la formación técnica y las necesidades del mercado laboral, asegurando un futuro próspero y equitativo para las próximas generaciones.
Hoy más que nunca, urge que pongamos el foco en una educación técnica que nos permita desarrollar todo el talento de nuestros estudiantes. Solo así lograremos promover la innovación y el crecimiento que Chile necesita.
Con la participación de nuestros directores de Formación, Christian Lazcano y Carlos Mondaca, se llevó a cabo en Arica el Congreso Internacional “Educación Emocional en el Aula: Cómo regular emocionalmente a nuestros estudiantes”, organizado por la Asociación de Establecimientos Particulares y Subvencionados (ADEP) y la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Tarapacá, con el apoyo del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED).
El evento además contó con expertos en educación emocional como Arnaldo Canales, María José Palmero y Miguel Ángel Santos Guerra, quienes abordaron temas fundamentales como el manejo emocional, la colaboración familia-escuela y la convivencia escolar.
Durante el congreso, los especialistas profundizaron en el papel crucial de la educación emocional como herramienta para promover ambientes inclusivos, respetuosos y organizados que favorezcan el aprendizaje y el bienestar personal y social de los estudiantes.
La jornada culminó con un taller para equipos directivos, liderado por Christian Lazcano, quien presentó claves para el liderazgo sostenible en las escuelas.
Con el fin de relevar y fortalecer los roles directivos que demanda la Enseñanza Media Técnico-Profesional (EMTP), el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED) lanzó recientemente el informe “Propuesta de Carrera Directiva para la EMTP”.
El documento, de 38 páginas, fue elaborado por Soledad Ortúzar, directora ejecutiva del CILED; Mauricio Bravo, vicedecano de la Facultad de Educacipon UDD; Isaac Fierro, coordinador de Evaluación y Políticas Públicas del CILED; Christian Lazcano, director de Formación del CILED, y Sara Galilea, coordinadora de Postgrado de la Facultad de Educación de la UDD.
El objetivo de esta propuesta es abordar una necesidad urgente en el sistema educativo chileno: mientras la carrera docente garantiza estabilidad y desarrollo profesional, los directivos carecen de un sistema que asegure su crecimiento y evaluación formativa.
“Hoy existe un vacío en la política pública respecto a la carrera directiva. La mayoría de los directores proviene del mundo docente, donde tienen incentivos claros y una trayectoria definida. Sin embargo, al asumir roles de liderazgo, se encuentran en un terreno sin apoyo ni incentivos adecuados. En algunos casos, incluso su salario disminuye al pasar a un cargo directivo. Desde el CILED, junto con otros centros de liderazgo, creemos que es fundamental ofrecer un marco de desarrollo para los docentes que desean asumir posiciones de liderazgo. Necesitamos atraer talento hacia estos roles porque está comprobado que los buenos líderes generan un impacto significativo en los aprendizajes. Si sabemos que los líderes importan, debemos brindarles las condiciones necesarias para que se desarrollen y asuman estas funciones con el respaldo que merecen”, señala Ortúzar.
La propuesta incluye una revisión sistemática de las estrategias más efectivas para desarrollar trayectorias directivas, identificando prácticas que promuevan un liderazgo sostenible y transformador en el contexto escolar.
El documento también integra las necesidades específicas de la educación técnica, proponiendo un perfil de director emprendedor, capaz de:
Innovar y adaptarse al mercado laboral.
Establecer alianzas estratégicas con instituciones y el sector productivo.
Actualizar continuamente el proyecto educativo.
Fomentar un liderazgo flexible, que responda a los desafíos escolares y sociales.
Para la elaboración de esta propuesta, el equipo del CILED utilizó diversas fuentes de información. En primera instancia, se realizó un estudio cualitativo titulado “Perspectivas de directores y directoras de Enseñanza Media Técnico-Profesional sobre un sistema de desarrollo de trayectorias profesionales directivas”, que incluyó la participación de cerca de 80 directores. Además, se llevó a cabo una revisión sistemática de experiencias internacionales, identificando buenas prácticas y aprendizajes aplicables al contexto chileno. Finalmente, se analizaron las trayectorias de los directores a partir de las bases de datos públicas del MINEDUC, lo que permitió sustentar y ajustar la propuesta.
Cabe mencionar que este documento también está basado en la experiencia obtenida a través de la participación de seis miembros de nuestro equipo CILED en las mesas de trabajo convocadas por el CPEIP, a quienes agradecemos por el espacio de interacción y debate con grandes expertos de nuestro sistema educativo.