La Tercera | Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario

Nota publicada en La Tercera

La instancia, encabezado por Magdalena Piñera Morel, tuvo como objetivo fortalecer los lazos entre los directivos y establecimientos educacionales. Por Daniela Silva

El fin de semana pasado, la Fundación Piñera Morel (FPM) y Fundación Futuro llevaron a cabo el Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario de Chile, donde participaron más de 100 directivos.

En esta oportunidad, encabezado por Magdalena Piñera Morel, hija del fallecido expresidente Sebastián Piñera y directora ejecutiva de la Fundación FPM, el encuentro realizado el pasado fin de semana en Bahía Coique, Futrono (Región de Los Ríos), tuvo como objetivo fortalecer los lazos entre los directivos y establecimientos educacionales, promover el intercambio de experiencias, generar nuevas redes de colaboración y potenciar el impacto de los Liceos Bicentenario como motores de transformación educativa.

Magdalena Piñera destacó la importancia de fortalecer los Liceos de Excelencia, destacando que “son una muestra de que, con compromiso de toda la comunidad y amor por la educación, es posible transformar vidas”.

La instancia contó con destacados panelistas nacionales como Magdalena Plant, fundadora Red Directiva; Catalina Araya, directora de educación de Fundación País Digital; Soledad Ortuzar, directora Centro de Innovación en Liderazgo UDD y Alejandra Ibieta, directora de desarrollo de Fundación Ama+.

Al finalizar el encuentro, los directores que participaron del encuentro firmaron un manifiesto donde se comprometieron a trabajar en comunidad, compartir experiencias y generar instancias de colaboración.

Directora Ejecutiva del CILED participa en el Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario

Más de 100 líderes escolares de todo Chile participaron, desde el viernes 15 hasta el domingo 17 de noviembre, en el Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario, organizado por la Fundación Piñera Morel (FPM) y la Fundación Futuro.

El evento, encabezado por Magdalena Piñera Morel, directora ejecutiva de la FPM, tuvo como objetivo fortalecer los lazos entre los directivos y establecimientos educacionales, promover el intercambio de experiencias, generar nuevas redes de colaboración y potenciar el impacto de los Liceos Bicentenario como motores de transformación educativa.

La instancia, realizada en Bahía Coique, comuna de Frutono, Región de Los Ríos, contó con la participación de nuestra directora ejecutiva, Soledad Ortúzar, quien presentó una detallada exposición sobre la evidencia del liderazgo escolar y el impacto que este tiene en los aprendizajes.

“Esta experiencia resultó ser muy inspiradora: pude compartir con líderes comprometidos de todo Chile, que están transformando sus comunidades educativas. La oportunidad de hablar sobre el liderazgo educativo y su impacto directo en los aprendizajes refuerza mi convicción de que un liderazgo fuerte y visionario es clave para garantizar una educación de calidad en todo el país. Agradezco a la Fundación Piñera Morel y la Fundación Futuro por crear este espacio de colaboración y reflexión”, señaló Ortúzar.

Asimismo, el evento contó con otros destacados panelistas nacionales como Magdalena Plant, fundadora de la Red Directiva; Alejandra Ibieta, Directora de Desarrollo de Fundación Ama+ y Catalina Araya, Directora de Educación de Fundación País Digital.

Al finalizar el encuentro, los más de 100 directores firmaron un manifiesto donde se comprometen a trabajar en comunidad, compartir experiencias y generar instancias de colaboración. La finalidad es potenciar y reforzar los establecimientos de excelencia. Desde su creación en 2010, los Liceos Bicentenario han demostrado un impacto profundo en la educación chilena, alcanzando ya 400 establecimientos.

El Segundo Encuentro Nacional de Directores de Liceos Bicentenario reafirma el compromiso de las fundaciones organizadoras con la excelencia educativa, ofreciendo un espacio para compartir buenas prácticas, reflexionar sobre las mejores estrategias pedagógicas y fortalecer una red de líderes comprometidos con la mejora continua. Las instituciones ya están trabajando para la realización de la instancia el próximo año.

El Mercurio | Entrevista a Jason Grissom, académico de la Universidad de Vanderbilt

Entrevista de El Mercurio

Aunque el salario es importante, según el investigador, otros factores que también influyen en mantener a los profesores en el sistema son el liderazgo y el clima escolar.

La escasez de profesores es un problema que no solo afecta a Chile, sino al mundo. Según cifras de las Naciones Unidas publicadas en febrero de este año, en 2030 se necesitarán 44 millones de docentes adicionales en el planeta. n el país, el déficit será de 33 mil en esa fecha, según proyecciones de Elige Educar.

Así lo plantea Jason A. Grissom, académico de la Universidad de Vanderbilt, EE.UU., quien ha dedicado parte de su investigación a esta temática y quien presentó algunos de sus hallazgos en un seminario organizado por el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (Ciled).

Un reto que las situaciones de violencia, la falta de competitividad en los salarios y la llegada de las nuevas tecnologías ponen cuesta arriba. Sin embargo, existen estrategias efectivas que podrían ayudar a contrarrestar la “fuga docente”.

—¿Cuáles son las principales razones por las que los docentes dejan la profesión?

“Cuando hacemos encuestas a docentes que han dejado la profesión y les preguntamos por qué se fueron, el acompañamiento, la calidad del liderazgo o la forma en que percibían la gestión de la escuela encabezan la lista. En Estados Unidos, tenemos mucha evidencia de que las escuelas con directores de alta calidad tienen tasas de retención muy altas, especialmente, de sus docentes más efectivos. Cuando los salarios no se mantienen al día respecto al de otras profesiones, también tendrás tasas de deserción más altas”.

—¿Qué prácticas de liderazgo han demostrado ser efectivas en la retención docente?

“Diagnosticar los desafíos del clima escolar e implementar una estrategia para construir un ambiente que esté marcado por la confianza, la transparencia, la buena comunicación y el compromiso de los niños y las familias. Crear oportunidades para la colaboración dentro del horario escolar. El apoyo a la instrucción. Darles buena retroalimentación a los docentes sobre sus prácticas. Cuarto, pensar estratégicamente sobre los objetivos de la escuela. Y si tienes docentes realmente efectivos, asegúrate de que se sientan valorados”.

—Es común que se apele a la vocación docente, tanto para atraer como para retener a los profesores. ¿Es efectivo?

“También sucede en Estados Unidos. Es importante que la sociedad valore la enseñanza. Queremos que los docentes amen su profesión, pero también que esta sea respetada. No es justo pensar: ‘Debes enseñar porque amas a los niños y quieres que aprendan, pero no te pagaremos adecuadamente’. Necesitamos que los docentes estén comprometidos y que sientan que la enseñanza es una profesión digna y valorada. Aún así, no se puede depender solo de la vocación para retenerlos. Se deben crear condiciones laborales que los motiven a seguir, incluso en los días difíciles”.

—En ese sentido, ¿cuánto influye el clima escolar?

“Los docentes son muy sensibles a sus condiciones de trabajo. Y hay algunos aspectos que parecen ser especialmente importantes, como el clima escolar. Cuando sienten que la conducta de los estudiantes no está bajo control, son menos propensos a quedarse en esas escuelas”.

—Y la cantidad de estudiantes por aula. ¿Incide?

“El tamaño de la clase es más que un número. Representa una serie de interacciones sociales que un docente tiene que tener con estudiantes y familias. Y así, los tamaños de clase más altos pueden volverse desafiantes para los docentes y llevar, a largo plazo, a que los docentes sean menos propensos a quedarse”.

—¿Qué políticas públicas han mostrado ser eficientes para retener a los educadores?

“No hay una única estrategia, es un paquete que debe estar dirigido a mejorar la vida laboral del docente. El salario es el mecanismo más fácil de activar, aunque es el más costoso. Lo que hemos encontrado en Estados Unidos es que para hacer una diferencia en la retención, necesitarías aumentar el salario de manera bastante sustancial. Si lo aumentas solo un poco, no obtienes grandes cambios. El salario es una señal importante del valor que la sociedad le otorga a la enseñanza. También tenemos cierta evidencia de que los docentes son más propensos a quedarse cuando sienten que están mejorando, por lo que aumentar las oportunidades de desarrollo profesional puede ayudar”.

—¿Los celulares en el aula son un aliado o factor de estrés para los profesores?

“Aún no contamos con una investigación exhaustiva sobre los efectos que los celulares tendrán en la enseñanza. Sin embargo, como parte de una investigación he estado entrevistando a líderes escolares sobre los desafíos que enfrentan en la contratación y retención de docentes, y he escuchado con frecuencia que el uso de celulares y la tecnología se están convirtiendo en obstáculos. Los docentes encuentran complicado gestionar estas distracciones. No obstante, también he observado ejemplos positivos en los que los docentes han integrado los celulares en su práctica instructiva. A pesar de esto, me preocupa que no se está proporcionando la capacitación ni el apoyo necesarios a los docentes para gestionar estos desafíos en las escuelas y creo que esto podría tener consecuencias en el aumento de la rotación”.

—En Chile, las educadoras de párvulos tienen un salario mucho más bajo que los docentes a nivel escolar. ¿Qué efectos puede tener esto?

“En Estados Unidos tenemos un problema similar, donde ñps docentes de educación infantil también reciben una compensación significativamente más baja. Como resultado, sus tasas de rotación son mucho más altas. Lo ideal sería contar con una fuerza laboral de alta calidad y estable, pero nunca hemos invertido en ello. Es esencial ponerse al día, ya que estamos reconociendo el valor de la educación en estos años cruciales, pero nunca se podrán optimizar los beneficios si no contamos con una fuerza laboral más estable”.

Xiu Cravens: “Los profesores y directores también son aprendices; necesitan oportunidades de crecimiento”

La académica del Peabody College visitó la Universidad del Desarrollo para participar en el Seminario Internacional “Liderazgo Educativo: Estrategias Globales para la Efectividad y el Impacto”. En esta entrevista, reflexiona sobre los desafíos que enfrentan los docentes y líderes escolares, destacando la importancia del crecimiento profesional y la colaboración en comunidad. Además, aborda cómo convertir las crisis en oportunidades, el impacto de la inteligencia artificial en la educación y la relevancia de comprender los propios sistemas educativos antes de adoptar modelos internacionales. 

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Se escribe X-I-U, pero se pronuncia como la palabra “show” en inglés. Esa, en todo caso, no es la única particularidad que tiene su nombre: también significa “linda” en chino mandarín, su lengua materna. 

Con esa breve introducción, Xiu Cravens, académica y profesora en el Departamento de Liderazgo, Política y Organizaciones del prestigioso Peabody College de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos), comienza esta entrevista. Sentada en un café de la Universidad del Desarrollo, donde acaba de exponer ante 400 personas sobre condiciones para el desarrollo y la retención efectiva de docentes —en el marco del seminario internacional “Liderazgo Educativo: Estrategias Globales para la Efectividad y el Impacto”—, valora la invitación que recibió del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED) para participar de este evento. 

“La UDD es una universidad joven, pero está llena de energía y compromiso. Se siente muy orientada hacia el futuro, aprovechando mucha innovación y buenas ideas. Eso es algo que Vanderbilt y la UDD tienen en común”, dice, sonriente.  

Nacida al este de China, en la ciudad de Nankín, Xiu Cravens reside en Estados Unidos desde 1989, cuando viajó para realizar sus estudios de posgrado en Políticas Educativas. “Es como aprender un idioma extranjero: no solo necesitas exposición, sino también el vocabulario y la gramática para poder aprenderlo de manera efectiva, crear nuevas oraciones y escribir ensayos. Para el aprendizaje académico de políticas educativas, es algo parecido”, acota. 

—¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan los docentes en la actualidad? 

—Hay muchos problemas. Algunos son externos, relacionados con la presión económica y la tecnología, que a veces es abrumadora. Pero también hay problemas internos, intrínsecos: es muy difícil enfrentar desafíos, tener tareas abrumadoras, estudiantes que atender y enseñar todo el día. Debido a esto, muchos maestros no se sienten motivados y su bienestar socioemocional no es bueno. Creo que, muchas veces, hablamos del aprendizaje de los estudiantes, pero los docentes también son aprendices. Ellos son tan importantes como sus alumnos. Son como árboles o flores: necesitan crecer. Si siempre se enfrentan a desafíos sin oportunidades de crecimiento, no querrán seguir y se irán. 

—Xiu Cravens continúa:  

—Esta sensación de crecimiento, de ser nutrido como una planta, es realmente importante. Otras profesiones también tienen desafíos, pero los docentes lo tienen especialmente difícil debido al entorno en el que trabajan. A veces no ven el crecimiento. Es ahí donde los directores y líderes pueden intervenir: darles una pequeña comunidad, apoyarlos, dejarlos aprender y que sientan que están marcando una diferencia. También es importante darles oportunidades para ser líderes e innovadores. Creo que, con la inteligencia artificial y la nueva tecnología, a veces esto puede parecer un desafío. Pero en chino, la palabra crisis tiene dos caracteres: uno significa peligro y el otro significa oportunidad. Así que una crisis presenta peligro, pero también presenta oportunidades. Y eso es en lo que deberíamos enfocarnos.  

—¿Cómo podrían los sistemas educativos convertir esos desafíos en oportunidades? 

—Un ejemplo relevante en este momento es la era digital con la llegada de la inteligencia artificial. Es algo nuevo, pero lo que vemos en los sistemas que lo manejan bien es que, cuando tienes algo nuevo y diferente, lo mejor es recurrir a la sabiduría colectiva. No se trata de que una sola persona trate de resolverlo por sí misma, o que cada uno lo haga por separado. Lo ideal es que las personas con experiencia se reúnan para pensar en conjunto, compartir lo que han aprendido con otros grupos, y así sucesivamente. Este es un modelo de investigación colaborativa en capas, con pequeños ensayos y cambios reiterativos, pero que eventualmente permite compartir lo aprendido y hacerlo más eficiente. 

Por ejemplo, algunos países están aprovechando los ciclos de investigación colaborativa ya existentes, pero con el apoyo de profesores expertos y especialistas en IA que redactan pautas juntos. Esto se debe a que, al igual que aprender un idioma, usar IA para crear pautas es complejo y requiere capacitación previa. Una vez que los profesores expertos dominan y prueban estas pautas, entrenan a un nuevo grupo de profesores líderes, quienes luego personalizan las pautas para sus propias escuelas. A su vez, estos líderes capacitan a otro grupo, generando un proceso escalonado y continuo, como un efecto dominó. 

—En ese sentido, ¿cuáles son los elementos más importantes que tanto profesores como líderes escolares deberían desarrollar? 

—Crear “condiciones propicias”. Con esto me refiero a tener una estructura y una rutina que sean efectivas, pero también a proporcionar el apoyo necesario para que los profesores aprendan. Los profesores y directores deben ser vistos como aprendices. Lo que hemos encontrado a partir de los modelos internacionales es que, cuando los profesores y directores aprenden como pares, utilizamos un término que llamamos “investigación colaborativa”. Y existe un proceso muy científico en el que pueden involucrarse para que esa investigación colaborativa sea efectiva. Hoy presenté un modelo en mi charla que comienza con un ciclo de mejora, y este ciclo necesita ser continuo a lo largo del tiempo. Además, no es suficiente tener esta práctica dentro de una sola escuela; se necesita formar comunidades llamadas “comunidades de mejora en red”. 

—¿Hay alguna experiencia internacional que considere un modelo a seguir? 

—Sí, definitivamente hay algunos buenos modelos, pero también enfrentan sus propios desafíos. Por ejemplo, en los países de Asia oriental enfrentan un desafío demográfico porque no hay suficientes niños y tienen una población envejecida, un problema que también tiene Chile. A veces, hay un énfasis excesivo en las pruebas, aunque les va bien en ellas. Así que, aunque algunos de estos países como Singapur, Taiwán, Hong Kong o China están haciendo muchas cosas bien, también tienen sus problemas. Hay muchos lugares de los que podemos aprender, pero debemos enseñar a nuestros directores y maestros cómo hacer preguntas adecuadas para sus propios contextos escolares cuando visiten otros países, como Singapur o Taiwán. Tener un marco analítico y saber cómo hacer preguntas relevantes es lo más importante. De esa manera, realmente podemos aprender de las crisis internacionales. Alentaría a los educadores e investigadores que quieran aprender de modelos internacionales a entender primero muy bien su propio sistema, y luego analizar cómo funciona la estructura antes de aprender de otros. 

—Finalmente, ¿qué recomendación le daría a los maestros y directores para que desarrollen liderazgo en sus comunidades educativas? 

—Tal vez un par de cosas. Una sería aprender de sus pares. Las investigaciones muestran que el mejor desarrollo profesional proviene de aprender de colegas que están implementando cosas de manera más efectiva. La segunda sería aprender en grupo, encontrar personas con objetivos y metas comunes, y trabajar en conjunto para resolver problemas. La tercera recomendación sería utilizar el conocimiento externo, es decir, trabajar con centros y colaborar con investigadores, de modo que siempre puedas llevar tu aprendizaje al siguiente nivel. A veces, aprender solo de los colegas puede ser limitado, por lo que necesitas expandir tus conocimientos aprendiendo de personas con experiencia más generalizada de otros lugares y grupos para seguir creciendo. 

CILED participa en Congreso Internacional “Educación Emocional en el Aula”

Con la participación de nuestros directores de Formación, Christian Lazcano y Carlos Mondaca, se llevó a cabo en Arica el Congreso Internacional “Educación Emocional en el Aula: Cómo regular emocionalmente a nuestros estudiantes”, organizado por la Asociación de Establecimientos Particulares y Subvencionados (ADEP) y la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Tarapacá, con el apoyo del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED).

El evento además contó con expertos en educación emocional como Arnaldo Canales, María José Palmero y Miguel Ángel Santos Guerra, quienes abordaron temas fundamentales como el manejo emocional, la colaboración familia-escuela y la convivencia escolar.

Durante el congreso, los especialistas profundizaron en el papel crucial de la educación emocional como herramienta para promover ambientes inclusivos, respetuosos y organizados que favorezcan el aprendizaje y el bienestar personal y social de los estudiantes.

La jornada culminó con un taller para equipos directivos, liderado por Christian Lazcano, quien presentó claves para el liderazgo sostenible en las escuelas.

La Tercera | El futuro de la educación chilena: las oportunidades que se abren en la era digital

Nota de La Tercera, que incluye la participación de nuestra directora ejecutiva Soledad Ortúzar.

¿Cómo será el uso de la IA en las tareas de los profesores? Integrar herramientas digitales y plataformas tecnológicas asoma como una prioridad para la preparación de los estudiantes en un futuro marcado por la innovación. Por eso, la capacitación, señalan los expertos, será esencial. Así también la importancia de trabajar las habilidades blandas en los estudiantes.

El desarrollo tecnológico está transformando todos los rubros y la educación no es la excepción. Cada vez más, la tecnología se integrará en las salas de clases y se involucrará en los procesos de enseñanza y aprendizaje. No se trata sólo de robots o proyectores inteligentes, sino de cómo la digitalización está cambiando el mercado laboral. Con tantos avances, las dudas son honestas y surge una pregunta inevitable: ¿qué y cómo se debe enseñar a los estudiantes que tendrán que enfrentar este escenario tecnologizado?

Pero antes, emerge otra pregunta. ¿Cómo ha impactado la digitalización en la educación chilena hasta ahora? Para Ramón Iriarte, Especialista de Programas de Educación de la UNESCO en Santiago, el país cuenta con avances comparativamente superiores a sus pares de la región. Uno de los factores es el acceso a internet de banda ancha: Chile tiene una tasa que supera el 65%.

“Chile está mejor preparado que otros países para comenzar a pensar en nuevas tecnologías con Inteligencia Artificial”, señala el experto. Sumado a eso, agrega que hay un “gran capital en el sector académico” y apoyo de entidades clave como el Ministerio de Educación, que dan pasos para que los docentes sigan siendo la piedra angular como agentes fundamentales de este proceso de cambios al interior de las aulas.

Para contextualizar, Marcela Colombes, directora de Aprendizaje para el Futuro de Fundación Chile, explica que la digitalización se basa en desarrollar competencias que ayuden a hacer un mejor uso de las tecnologías que van apareciendo, en medio de un proceso de adaptación en las comunidades educativas. No es casual que el Mineduc ya presentó a inicios de junio la primera propuesta de actualización del currículum escolar de 1° básico a 2° medio, con contenidos que impactarán en el uso de estas competencias de aquí a 2030.

“Es importante saber que tenemos aún brechas y que no hay que mirarlo como un extremo. La digitalización es una de las competencias más que se necesitan, pero también hay que recalcar el valor de los docentes que es irreemplazable”, puntualiza, haciendo especial valor en la conexión de los docentes con el alumnado como factor en la motivación. “La retroalimentación de un profesor a un estudiante sin duda mejora el desempeño de las comunidades educativas”, complementa.

Uso del IA

Para poner en perspectiva el alcance de la IA en la educación, UNESCO realizó un mapeo global para determinar hasta qué punto se está utilizando esta tecnología en las aulas. Según Iriarte, en esta encuesta realizada a nivel mundial se determinó que “son 15 países alrededor del mundo que tenían uso de la inteligencia artificial incorporado al currículum, principalmente en Europa, Asia, o Medio Oriente”.

Aunque existen muchas experiencias innovadoras, muchas de estas son impulsadas desde fuera del sistema educativo. Por esta razón, Ramón Iriarte —de la UNESCO— propone que hay que prestar atención a las condiciones para empezar a impulsar este tipo de iniciativas, siendo esto “uno de los grandes desafíos de la región”.

Colombes de Fundación Chile plantea que, “a pesar de que el desarrollo de la tecnología ha sido abismantemente rápido, la innovación en educación no ha sido a la misma velocidad”. Sin embargo, esta irrupción implica para el ambiente la responsabilidad de acelerar los cambios en el aula, de cuestionarse cómo llevar estas innovaciones y cómo estas tecnologías se ponen al servicio de la educación y no al revés.

El experto toma como ejemplo los programas de capacitación digital en Latinoamérica realizados por dicha fundación junto a la Alianza del Pacífico, donde han visto que las brechas se siguen generando porque las actualizaciones avanzan más rápido de lo que las empresas requieren. Ante ello, agrega: “Tomando en cuenta los últimos estudios, donde se habla que el 50% de los trabajos en el 2030 va a requerir habilidades digitales, es muy importante tener un modelo educativo de desarrollo durante la trayectoria de estas competencias”.

La IA también ofrece una oportunidad muy grande de adaptabilidad dentro de la sala de clases, según lo estudiado por Soledad Ortúzar, directora del Centro de Innovación y Liderazgo Educativo de la Universidad del Desarrollo (CILED UDD). Ortúzar detalla que hay experiencias de retroalimentación a los docentes, como la implementación de tutorías sobre cómo la IA puede facilitar desde la creación de clases más atractivas y motivadoras a los alumnos, hasta levantar sistemas de alerta temprano para estudiantes que están en riesgo de deserción.

La IA tiene un tremendo potencial para tener una educación de mejor calidad, para atender las necesidades diferenciadas de los estudiantes, para hacer que el proceso de enseñanza aprendizaje sea también mucho más motivador”, complementa Ortúzar, priorizando el rol del profesor a quien se le debe entregar la formación y luego los apoyos para que utilice estas innovaciones en su práctica diaria. “Hay que cautelar que exista un acceso equitativo a esta tecnología y que todos se puedan beneficiar de las oportunidades que otorga la IA”, manifiesta.

El profesor del futuro

El papel que podría jugar la Inteligencia Artificial en el trabajo de los docentes podría cumplir un rol de acompañamiento, y permitir que las energías del profesor se concentren en la interacción con sus estudiantes.

Severín, director ejecutivo de Tu Clase Tu País, programa que ha permitido actualizar a 200 mil profesores de Chile y Latinoamérica en la última década, señala que hay tres ventajas que está proponiendo el uso de IA en dicho sector.

Lo primero es la posibilidad de un trabajo más creativo. “Después de muchos años haciendo clases, es bien importante la posibilidad que la IA propone a los profesores ideas nuevas, formas distintas de hacer su trabajo y, por lo tanto, el aporte que puede ser la creatividad de los profesores es muy importante”, complementa Severin.

Lo segundo es el tiempo. El también consultor en educación para la UNESCO, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, destaca que tareas que demandan varias horas, como planificación o revisión de pruebas, podrían fácilmente sistematizarse y así ahorrar tiempo; acción crucial para priorizar el acompañamiento del estudiante en el proceso de aprendizaje.

El último punto es la creación de experiencias de aprendizaje más nutritivas para los estudiantes, conectadas con las habilidades del siglo XXI.

Entendiendo que el acceso a la IA dependerá de las brechas que puedan sortear los docentes e instituciones, Araya, directora de Educación de País Digital, sostiene que mientras más nos adentramos en el Chile real, las brechas son más visibles. En relación con lo anterior, sostiene que el parámetro etario no sería un condicionante. “La brecha de edad de profesores no es una de las barreras más importantes para hacer utilización de tecnología, sino que tienen que ver con otros factores más culturales, más de confianza, y de acceso también”, considerando que profesores de edades más avanzadas tienen una predisposición a continuar aprendiendo, a continuar enseñando sin miedo a la tecnología.

A ello, menciona otras brechas que pueden hacer difícil la tarea de la digitalización, como la infraestructura de los colegios —ligadas comúnmente a zonas alejadas— o las brechas de género que podrían hacer diferencia por estereotipos culturales entre estudiantes e impedir el acceso a la tecnología a niñas, siendo parte de las tareas a revisar.

Habilidades blandas como eje

Catalina Araya, de País Digital, puntualiza que “las salas de clase continúan siendo iguales” en gran parte del país. ¿Cómo aprendemos y enseñamos en una sociedad que está marcada por el desarrollo tecnológico y que va a seguir avanzando a velocidades que desconocemos?

La directora de País Digital resalta la omnipresencia de la tecnología en la vida cotidiana, y señala cómo ha transformado la forma en que nos relacionamos, trabajamos y aprendemos. Subraya que la educación no puede ignorar este cambio y que los niños deben estar preparados para vivir en una sociedad marcada por el desarrollo tecnológico constante. También enfatiza que no se puede detener el progreso tecnológico, sino que se debe adaptar la educación para aprovecharlo.

Eugenio Severín, de Tu Clase Tu País, descarta que los docentes vayan a ser reemplazados por IA, y hace énfasis en que la educación debe enfocarse en lo que nos hace humanos: el contacto personal, la colaboración y el pensamiento crítico. Los estudiantes del futuro deben estar preparados para competir en un mundo donde la IA realiza muchas tareas mejor que los humanos, pero es precisamente en la capacidad de transferencia de conocimiento y en las habilidades socioemocionales donde los humanos superarán a las máquinas.

Son estas características que nos hacen humanos las que, en ojos de Colombes de Fundación Chile, serán “las mayores competencias que se van a necesitar de acá al 2030”. Más allá de saber cómo analizar grandes volúmenes de datos o las aplicaciones correctas, lo que se espera es que en los colegios los estudiantes puedan tener a disposición formas de trabajar estos problemas más humanos, “causando un efecto positivo con iniciativas pertinentes con las comunidades educativas”.

Ortúzar de CILED UDD propone que las habilidades del siglo XXI “son habilidades que se pueden cultivar en ambientes en que a los estudiantes se les enseña con un enfoque de la educación muy basado en la en la innovación y en el aprendizaje experiencial”, tomando en cuenta un caso en su centro, donde los estudiantes ven desafíos de sus propios territorios y comunidades y, en base a eso, proponen sus propias formas de llevar a cabo las tareas.

Para Iriarte de la UNESCO, las instituciones históricamente han trabajado bajo una mirada lógico-matemático. “Hoy se ve en la realidad de la escuela la gran necesidad de trabajar las habilidades socioemocionales con los niños”, y destaca que hay existen planes gubernamentales en la priorización por trabajar las habilidades socioemocionales. “Es un aspecto clave que las instituciones educativas tienen que fortalecer, ya que son características que la IA aún no puede adquirir como la intuición, los sentimientos, o las emociones”, indica.

El camino hacia una educación que prepare a los estudiantes para el siglo XXI no solo requiere de avances tecnológicos, sino de un replanteamiento metodológico y ético que ponga a los seres humanos y sus relaciones en el centro del proceso educativo. Aquí, las políticas públicas juegan un papel importante. Si ya se mencionó el cambio de currículum que proyecta el Mineduc, se suma el marco de competencias digitales docentes, el cual data de 2011, el cual en vista del especial debe ser revisado, actualizado y replanteado a la situación actual.

La IA y la digitalización ofrecen grandes oportunidades para la educación en Chile, pero su éxito dependerá de una mayor inversión en infraestructura, el fortalecimiento de las competencias docentes, y la inclusión de aspectos éticos y socioemocionales en los planes educativos. Un futuro por delante donde la curiosidad y el aprendizaje marcarán diferencias ante nuevas tecnologías que aún no dimensionamos.