Pablo Kusnir: “En el extranjero, el rol de los gremios en educación es mucho más profundo que en Chile”

El ex jefe de gabinete de la Agencia por la Calidad de la Educación, hoy Gerente de Educación para la Corporación SOFOFA, nos recibe desde su oficina en el centro de Santiago para hablar del rol que desempeñan en la búsqueda constante de mejoras en la formación escolar Técnico Profesional (TP).

El proyecto liderado por Pablo en SOFOFA se enmarca en potenciar alianzas público-privadas con el fin de aumentar la capacidad de su modelo Dual (formación que realiza su proceso de enseñanza-aprendizaje en dos lugares distintos: el establecimiento escolar y empresas). Así, con los mismos fondos que entrega el estado para administrar colegios, han logrado implementar un modelo de excelencia que ha permitido, entre otras cosas, que sus estudiantes tengan la posibilidad de trabajar en Alemania. 

A casi 20 años de haber empezado un largo recorrido en educación -desde voluntariados de refuerzo escolar hasta ser profesor de Duoc UC aún como estudiante-, Pablo cuenta su rol en la Corporación SOFOFA y cómo esta ha impactado en la búsqueda de mejoras significativas en la formación de estudiantes de establecimientos técnico profesionales. Hoy buscan articular el primer centro de excelencia TP. 

  • ¿De dónde nace la iniciativa de la SOFOFA de administrar colegios?

SOFOFA nace como gremio empresarial, hace más de 100 años. A mediados del siglo XX empieza su rol formativo, principalmente con talleres de oficio. En la década del 80, cuando se lleva a cabo la municipalización, se crea el sistema de administración delegada. Actualmente en Chile existen solo 70 liceos que pertenecen a esa modalidad y de los cuales SOFOFA administra cinco. La hipótesis de esto, es que la cercanía de los gremios empresariales con la educación TP podría traer sinergias positivas para los jóvenes en términos de continuidad de estudio o de inserción en el mercado laboral.

  • ¿Han visto cambios en las expectativas de los y las estudiantes?

Muchas. Antes, la mayoría de los egresados tenían las pretensiones de insertarse a trabajar en algo afín a lo que estudiaron. Hoy la mayor cantidad quiere hacer una prosecución de estudios. Por lo tanto, empezamos a cuestionar si en realidad valía la pena esta modalidad de estudios o lo convertíamos en humanista-científico. Llegamos a la convicción de que la educación TP es una forma de aprender distinta que puede llevar al mismo lugar de término, pero aprendiendo-haciendo a través de la alternancia o del sistema de formación dual.

  • ¿Qué sentido tiene para ustedes la educación TP?

Para nosotros un técnico es un piloto de avión, una persona que no necesitó ir a la universidad, que hace un curso específico para operar una maquinaria altamente sofisticada y en la cual nosotros depositamos nuestras vidas. 

Ese mantra lo estamos desarrollando, lo decimos en todos lados y a todos les hace sentido. Hace unos ocho años atrás, pensamos en cómo reposicionar la educación técnica desde el rol empresarial. Desde SOFOFA empezamos a buscar literatura de cómo se hace en países desarrollados y llegamos a la conclusión de que los liceos tienen que verse como industria.

  • ¿Y que conlleva que simulen ser industrias?

Que se replique un poco la vida real. Los jóvenes cuando están en un liceo y no tienen, por ejemplo, el sistema de formación dual o de alternancia, están en una burbuja que es bien irreal en términos de sus competencias necesarias para la vida y para el mundo laboral. Entonces que se vean como industria significa que aquí hay ciertos indicadores que hay que cumplir.

  • ¿Cómo evalúan esos indicadores?

Contamos con una ISO, un sistema de estandarización de competencias y de mejora continua. Su implementación te fuerza a conversar con todos los estamentos y determinar lo que ofrecemos a los jóvenes. Te obliga también a tener procesos y procedimientos establecidos, mostrarlos a la comunidad educativa y revisarlos permanentemente. Esta exige, por otro lado, un sistema de auditoría interna y de tratamiento de no conformidades. La implementación de esta ISO cambió radicalmente la cultura del liceo.

  • ¿Cuál fue el impacto de estas mejoras?

Un ejemplo concreto es que antes no había un canal expedito de respuesta de requerimientos. Ahora, la ISO te obliga a  disponer de un libro que pueden ocupar las empresas, los apoderados, profesores, sindicatos y estudiantes, donde además existe la obligación de responder en cinco días hábiles. 

Esto hace que se torne mucho más expedita la comunicación entre las comunidades. Después nos llega a nosotros en la corporación, por lo que tenemos un termómetro para ver cómo están las cosas. Nos bajaron enormemente la cantidad de denuncias a la Superintendencia. Además, nos permitió certificar y enviar a trabajar estudiantes a Alemania.

  • ¿Cómo es el programa en el que envían estudiantes a Alemania?

Creamos un programa donde invitamos a jóvenes de nuestros liceos a trabajar en Alemania. Pensamos que, si lograban insertarse allá, con sus títulos convalidados, -algo que provoca la ISO- sería un ejemplo concreto del poder de la educación técnico profesional.  Hemos demostrado que, con la misma plata del Ministerio, se pueden formar técnicos que pueden desempeñarse en Europa. 

  • ¿Cuál consideras que es el impacto que genera la labor que realizan?

Cuando los proyectos educativos de los liceos son significativos, cuando toda la comunidad educativa se vuelca a cumplir un propósito, esto funciona. Tenemos que desafiarnos, ordenarnos, entender que podemos hacer las cosas mejor con pequeños cambios. Internamente podemos hacer pequeños cambios que mejoren nuestra convivencia escolar, nuestros procesos y, por ende, los resultados. El llamado es ese, a creerse el cuento que en la educación TP somos pilotos de avión, no somos maestros chasquilla.

  • ¿Cómo funciona su plan de asesorías?

Nos conformamos como un Asistente Técnico en Educación -ATE-. Empezamos a asesorar liceos y nos propusimos comenzar con cien. No queremos meternos en la administración, solo acompañar y que ellos vean nuestro modelo, que puedan tomar algunas piezas que les hagan sentido del modelo e implementarlo.

  • ¿Cuántos establecimientos asesoran hoy?

Ahora estamos asesorando cerca de 300 liceos y esperamos crecer. Creo que ese es el rol que tenemos como SOFOFA, tenemos que poner a disposición lo que hemos aprendido. Nuestros colegios son propiedad del Estado. Todo lo que hacemos con los fondos del Mineduc es público y debemos ponerlo a disposición de otros.

  • ¿Cómo se proyectan a futuro?

Nos estamos embarcando en la idea de crear el primer centro de excelencia operacional. Cuando visitamos otros países, vemos que el rol de los gremios empresariales es mucho más profundo de lo que hay en Chile. Si bien allá también hay administración de instituciones de educación, siempre viene adjunto un centro de excelencia operacional relativo al ámbito. 

Carlos Mondaca: Un investigador fuera de lo común

‘’La verdad es que mi carrera ha sido bastante atípica’’, comenta Carlos Mondaca, profesor de orígen atacameño, quien a sus 54 años cuenta con una vasta experiencia en rubros que, si bien no son muy similares entre ellos, para él han sido un aporte para llegar a donde está hoy. 

Asegura que no cambiaría nada, que lo vivido le sirvió para madurar y que sus pasos por la pesca, arqueología, la gestión, educación e investigación, lo han llevado a ser hoy el Decano de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Tarapacá (UTA), quienes mantienen una alianza con el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo –CILED-, donde se desempeña como jefe de formación de la macrozona norte y con quienes ha potenciado su línea de investigación en educación: la interculturalidad.

  • Un camino hacia la investigación

Corría el año 1985, un joven Carlos de 17 años recién egresado de cuarto medio jamás imaginaría lo que su carrera le deparaba a futuro. Producto de una compleja situación económica, comenzó trabajando en Ariztía  -cecinas y lácteos-, luego un breve paso por la construcción, para terminar tres años embarcado realizando labores de pesca. Luego de 9 años de trabajo, -con casi 25 años- dió la prueba de ingreso a la universidad para comenzar con sus estudios de pedagogía en historia y geografía. 

No entré a estudiar hasta 9 años después de la enseñanza media porque provenía de una familia humilde (…) y las condiciones políticas de entonces hicieron muy difícil continuar estudiando. Gracias al esfuerzo de mi mamá, más lo que yo podía aportar, comencé a forjar poco a poco un futuro profesional”.

El primer acercamiento de Carlos a la investigación fue como ayudante de un profesor en el Museo Arqueológico de la UTA donde comenzó ordenando libros. Su compromiso e interés mostrado le sirvieron para ir ganando protagonismo dentro del museo. Comenzó a asistir a trabajos de arqueología en terreno y, con el paso del tiempo, participó en diversas investigaciones como co-investigador que le permitieron ganar experiencia y reconocimientos a una muy temprana etapa de su trayectoria profesional. 

Durante su formación universitaria tuvo una activa participación en la política estudiantil, primero como presidente del Centro de Alumnos de Pedagogía en Historia y para luego estar a cargo de la Federación de Estudiantes de la UTA. Luego de dejar su puesto como dirigente, junto a un grupo de estudiantes crearon el Taller de Investigación Cultural (TINCU) donde desarrollaron diversas publicaciones ligadas a la investigación, pero con una mirada estudiantil.

La presentación de su tesis universitaria le hizo darse cuenta que su camino estaba en la educación y no en otras áreas del saber. Esta se enfocó en la geografía cultural y el arte rupestre en la enseñanza del patrimonio en educación, dando inicio a una exitosa carrera dedicada a la investigación en estudios de la educación en contextos de interculturalidad bilingüe en el norte de Chile.

Ya con su título de pedagogía y con participación en diversas investigaciones, comenzó su práctica en el mismo colegio que salió de cuarto medio para luego trabajar en la educación privada, particular-subvencionada y posteriormente en la universitaria.

Con su trayectoria parecía que el camino hacia el éxito se iba allanando de manera rápida, pero el hambre de conocimiento lo ha llevado a realizar grandes sacrificios para conseguir sus metas. Mientras se desempeñaba como consultor del Banco Interamericano de Desarrollo en la Conadi de Calama, viajaba todos los fines de semana a Arica para terminar su magíster en educación intercultural. Esto, sumado a sus publicaciones en revistas y reconocimientos le sirvieron para postular a una beca entregada por la Fundación Ford, obteniendo el financiamiento necesario para cursar un doctorado en historia en la Universidad de Chile, desplazándose por primera vez a la capital.

‘’Que un provinciano de frontera llegará a vivir a Santiago, fue algo nuevo para mí”.

Sus buenos resultados en el doctorado le abrieron un sinnúmero de posibilidades: viajó a Arkansas-Estados Unidos, a Berlín-Alemania y generó vínculos internacionales con reconocidas figuras en el mundo de la investigación. Una vez de vuelta en Chile se le abrieron innumerables oportunidades, pero un llamado a concurso para el Departamento de Educación de la Universidad de Tarapacá lo hizo quedarse en ella, impartiendo desde entonces docencia y desarrollando investigación. De ahí en adelante, fue aprendiendo y ocupando distintos puestos directivos, como director de docencia, asesor de gabinete, director de investigación y postgrado.

Ya a trece años de su retorno como profesional a la universidad que lo formó y hoy como decano de la Facultad de Educación de la UTA cuenta que ‘si bien todo lo vivido ha tenido un alto costo académico y familiar […] no cambiaría nada’’.

  • La interculturalidad, su línea de investigación

Apasionado por la interculturalidad como tema de investigación, Carlos observó que no existían estudios en torno a las migraciones y la educación en la frontera norte de Chile -abordadas desde el punto de vista educativo-. Para el año 2012 el grupo de migrantes peruanos era el más masivo en dicho territorio, lo que despertó el interés de Carlos y se hizo a sí mismo una simple pregunta que dio un vuelco en sus investigaciones y lo posicionó como un precursor en una materia muy poco estudiada en Chile: “¿Qué pasa con los peruanos que asisten a clases en la frontera norte de Chile?”.

Esta primera pregunta desencadenó una serie de interrogantes adicionales que le han permitido aportar al conocimiento de educación y migración, expandiéndose a otros ámbitos como la formación inicial docente, la inclusión cultural, educación superior y ahora, más recientemente, la educación media técnico profesional -EMTP-. En cifras, como investigador responsable se ha adjudicado cuatro Fondecyt Regulares y como Coinvestigador en cinco oportunidades, además de ser Investigador Patrocinante en un Fondecyt de Postdoctorado. Así, ha logrado convertirse en un referente en esta área del conocimiento, aportando con su experiencia tanto en investigación como en docencia universitaria.

‘’Siempre se escribe sobre el norte desde el centro’’.

El Decano de la Facultad de Educación y Humanidades de la UTA considera que la investigación tiene un rol esencial para generar un piso histórico y cultural en la zona. Así, focalizar en el territorio que conoce y habita le ha permitido profundizar en la diversidad cultural de nuestro país e identificar que muchos de los problemas que afectan a la interculturalidad en la educación provienen de la escasa preparación de los docentes para abordar estos desafíos. Por tanto, lo generado a lo largo de los años en sus investigaciones ha permitido ser un aporte a la política a la hora de superar las barreras históricas que subyacen.

¿Qué investigaciones estará desarrollando a futuro? Un espacio no explorado en Chile –y de menor intensidad en la frontera norte– es la Enseñanza Media Técnico-Profesional, que ofrece un espacio de desarrollo, en donde la evidencia a nivel nacional e internacional reconoce sus bondades para la inserción laboral y social de sus egresados. Para esto, se une en alianza con el Centro de Innovación en Liderazgo Educativo –CILED-, desde las líneas de formación y de investigación para la política pública, adjudicándose en conjunto el Proyecto de FONDECYT Regular “Prácticas de inclusión de la diversidad cultural en la educación media técnica profesional en la frontera norte de Chile”, a desarrollar entre los años 2022 al 2024. Este trabajo colaborativo abre importantes espacios de aporte a la comunidad de la frontera norte y fortalece la relación entre dos grandes Universidades de nuestro país.  

‘’Es importante investigar lo que te gusta, porque finalmente lo haces con agrado’’.