CracksTP
- Desarrollo Profesional
Autor: Andrés Zamorano, Magdalena Frontaura
Año: 2022
Durante 20 años Luis Guerrero trabajó como docente y director en sectores rurales de la Región de Coquimbo -Tahuinco, Panguesillo y Cunlagua algunos de ellos-. Apasionado por entregar oportunidades de desarrollo al estudiante rural y convencido de la importancia del trabajo con la comunidad, la vida profesional de Luis estuvo cargada de cambios: vivió en 7 lugares, donde en algunos casos el número de habitantes no superaba las mil personas. En ocasiones vivió en pensiones y lejos de su familia, sacrificios que le permitían la dedicación plena de su profesión.
Tras su experiencia en los establecimientos escolares más pequeños y distantes de Chile, Luis asegura que el estudiante rural ha estado ‘en el olvido’ de los distintos gobiernos y que no existen planes que velen por el desarrollo y bienestar de la educación rural, que acoge a los estudiantes con mayores necesidades del sistema escolar.
Insaciable en su vocación de educador, trabajó durante tres años alrededor de 60 horas semanales para hacer clases vespertinas a adultos. Su vocación también traspasó las fronteras de los colegios y su participación en actividades municipales o juntas de vecinos eran ya parte de su labor.
Intervención comunitaria
Luis Guerrero en su etapa escolar vivió de cerca las adversidades de los estudiantes rurales: vivía junto a su familia en la población Tierras Blancas de Coquimbo que no contaba con establecimientos escolares cercanos y recuerda los largos trayectos que hacía en compañía de sus hermanos, caminando o, si tenían suerte, en bus.
Titulado como profesor general de enseñanza básica en la hoy llamada Universidad de La Serena, su primera experiencia laboral fue a sus 23 años como docente en el poblado de Tahuinco -comuna de Salamanca-, y fue también la primera vez que salió de su ciudad natal. Durante los tres años que trabajó en lo que históricamente fue una estación de ferrocarril, Luis se convirtió en la mano derecha del director y comenzó un largo camino ligado a intervenciones con la comunidad y a actividades fuera de las salas de clases con sus alumnos, como la creación del grupo juvenil artístico de Tahuinco dedicado a la creación de intervenciones de arte y música.
Las capacidades de liderazgo demostradas en Tahuinco le valieron para que, con solo tres años de trayectoria, fuera contactado por el alcalde de Salamanca para asumir el cargo de director en la escuela básica Panguesillo. Así, encantado de asumir ese desafío, durante siete años lideró el proyecto educativo donde, junto a su equipo, crearon los cursos de 7º básico a 4º medio, así como su área técnico profesional. La gran necesidad de que existiera esta oferta de formación en la comunidad abrió la posibilidad a que adultos exalumnos pudieran también terminar el colegio y salir con títulos de técnico de nivel medio.
En Cunlagua Luis dice haber desarrollado uno de los proyectos más emblemáticos de su trayectoria profesional. Este poblado no contaba con tendido eléctrico, servicios de salud ni agua potable. Luis, entendiendo que esas necesidades no eran ajenas a su labor, durante los cuatro años que lideró este proyecto educativo, crearon diferentes comités integrados por estudiantes de las áreas técnico profesional correspondientes y apoderados, logrando que, al cabo de unos meses, toda la comunidad pudiera acceder a estos servicios básicos.
Cuando sus hijas crecieron, Luis junto a su familia decidieron moverse a la ciudad, La Serena, y fue en el Liceo Ignacio Carrera Pinto donde realizó su primera intervención en educación urbana. Este establecimiento escolar, influido por su alta vulnerabilidad, venía antecedido de grandes problemas de deserción, siendo los embarazos adolescentes una de las mayores problemáticas.
Sin sustento económico para resolver el problema de deserción en las estudiantes mujeres y madres, Luis nuevamente recurrió al trabajo en comunidad. Así, a través de rifas y recaudación en eventos, lograron abrir una sala cuna para que las estudiantes pudieran dejar a sus hijos mientras estudiaban. Con iniciativas como estas, de a poco el establecimiento se adaptó a las necesidades reales de sus estudiantes y las cifras de matrícula y deserción comenzaron a ser alentadoras para esta comunidad escolar.
La única vez que Luis se desempeñó fuera de un establecimiento escolar fue como jefe del Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM), lo que le permitió iniciar un proyecto que ni él sabía que lideraría a futuro. En su cargo, postuló al Instituto de Administración y Comercio Estado de Israel para que fuera considerado Liceo Bicentenario. Con el tiempo, tomó la dirección del establecimiento y fue de su mano que consiguieron el reconocimiento que tanto buscaban.
Exigencia y altas expectativas
El Liceo Estado de Israel ha visto como desde la llegada de Luis a la dirección, se han involucrado en una dinámica de mejora continua. “Exigencia y altas expectativas” es como describen sus colegas la metodología del director.
El desafío actual de esta comunidad educativa es convertirse en un referente a nivel nacional en educación técnico profesional. Así, han implementado nuevas prácticas en beneficio directo de fomentar trayectorias educativo laborales en sus estudiantes: implementación de nuevas tecnologías, la apertura de una escuela de negocios y laboratorios de alto estándar.
Desde el año pasado, la articulación del establecimiento escolar con diversas instituciones de educación superior han acompañado y dotado de información a los estudiantes de los diferentes caminos y oportunidades que pueden elegir una vez egresados. Hoy, casi un 90% de los estudiantes ingresa a la educación superior y la cifra de deserción escolar es del 1% -en comparación con la realidad nacional-.
La experiencia de Luis lo ha convencido de que el trabajo colaborativo entre equipo directivo, docentes, apoderados y estudiantes es la clave para lograr avances significativos. Así, ante cualquier alarma, esta comunidad educativa se moviliza en pos de entregar las mejores oportunidades a sus estudiantes.
CracksTP
Autor: Andrés Zamorano, Magdalena Frontaura
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura, Natalia Cancino
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura, Natalia Cancino
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura, Natalia Cancino
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura, Natalia Cancino
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura, Natalia Cancino
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura, Natalia Cancino
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura, Natalia Cancino
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura
Año: 2022
CracksTP
Autor: Magdalena Frontaura
Año: 2022