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Jaime, el chef que sueña con enseñar a otros lo que más le apasiona  


Desarrollo Profesional

Autor: Magdalena Frontaura
Año: 2024

El sueño de Jaime para el futuro es ser profesor de gastronomía. “Yo fui testigo de que los profesores tienen la capacidad de ilusionar y potenciar a los estudiantes, motivándolos a seguir adelante”, afirma. Inspirado por esta visión, está decidido a devolver lo que la cocina le ha dado, ayudando a las nuevas generaciones a encontrar su camino en este apasionante arte.  

Jaime Guzmán, chef con más de nueve años de experiencia y una trayectoria que lo ha llevado a liderar cocinas de reconocidos restaurantes en Talca, tiene como insignia culinaria un plato único: cebolla asada con sal de mar, rellena con puré de coliflor, acompañada de un cremoso de pan y coronada con espuma de vino. “Me gusta innovar, mezclar y crear”, confiesa Jaime. Pero alcanzar este nivel de excelencia no fue fácil; su trayectoria está marcada por esfuerzo, perseverancia y pasión.  

Su primer contacto con la cocina nació en el calor del hogar, inspirado por su madre y abuela, quienes preparaban con dedicación platos caseros para las reuniones familiares. Jaime siempre valoró esos momentos, y esa conexión especial con la cocina influyó profundamente en su vida.  

Hace 11 años, al enfrentarse a la decisión de continuar sus estudios en la modalidad científico-humanista o elegir una especialidad técnico-profesional, Jaime optó por Gastronomía en el Colegio Juan Piamarta de Talca. En aquel entonces, la cocina aún no gozaba de la popularidad que más tarde alcanzaría junto con el auge de los concursos televisivos. Su decisión no fue sencilla: su padre no estaba de acuerdo, considerándolo un ámbito predominantemente femenino. Sin embargo, Jaime, convencido de que era un camino prometedor y apasionado por la idea de explorar algo fuera de lo común, decidió seguir adelante. Fue una elección que no solo desafió expectativas, sino que también definió el rumbo de su vida.  

En un principio, Jaime pensó que la especialidad sería más sencilla, pero pronto descubrió que el mundo de la cocina ofrecía posibilidades infinitas: combinaciones, técnicas y platos que desafiaban su creatividad y habilidades. En aquellos años, la falta de insumos modernos hacía que el trabajo en la cocina fuera aún más exigente. Sin embargo, lejos de intimidarse, abrazó ese desafío con responsabilidad y dedicación. De la mano de grandes profesores, quienes le brindaron la confianza necesaria, Jaime no solo aprendió a superar las dificultades, sino también a convertir su pasión en un camino de crecimiento y excelencia.  

Tras egresar del colegio, realizó su práctica en el Eco Hotel de Talca, donde sus días consistían en preparar ingredientes para los platos que luego ejecutaría el chef principal. Su dedicación y talento no pasaron desapercibidos, y al poco tiempo le ofrecieron quedarse trabajando. En menos de un año, ascendió a jefe de turno. “Fue una experiencia muy bonita”, rememora. Su plato predilecto de esa etapa era el asado de tira cocinado durante 24 horas en una máquina especial, acompañado de una salsa con toques de chocolate y acompañada de champiñones y pimientos asados, una delicia que aún evoca con orgullo.  

La carrera de Jaime tomó un impulso notable cuando asumió la dirección del restaurante Baco, reconocido como el mejor de Talca. Durante ese período, fortaleció su vínculo con el Colegio Piamarta, su alma mater, al establecer una alianza para recibir estudiantes en práctica, demostrando su gratitud y compromiso con la formación de nuevas generaciones.  

Hasta el día de hoy, Jaime mantiene contacto cercano con sus antiguos profesores, quienes siguen siendo una referencia clave en su desarrollo profesional. Recibe de ellos orientación valiosa sobre temas como la proyección de personal, nuevas técnicas culinarias y preparaciones innovadoras. Por su parte, los docentes lo invitan con frecuencia a compartir su experiencia y trayectoria con los estudiantes, inspirándolos con su ejemplo. En más de una ocasión, Jaime ha colaborado con ellos para preparar algunos de sus platos más destacados y elogiados, reforzando así una relación que trasciende lo profesional y celebra el espíritu colaborativo de la cocina.  

A pesar de su éxito profesional, Jaime no pierde de vista los desafíos que marcaron su camino. Convertirse en padre a los 20 años lo impulsó a encontrar en su trabajo no solo una pasión, sino también una herramienta para sacar adelante a su familia. “Hoy en día, todos piensan en la universidad como el único camino, pero hay que ser realistas y entender que no siempre es la mejor opción para todos”, reflexiona.  

Aunque no continuó estudios superiores, Jaime nunca dejó de aprender. Ha hecho de los viajes por el país una fuente inagotable de inspiración, explorando diversos estilos de cocina y observando en acción a reconocidos chefs. “Después de cada viaje, soy capaz de plasmar lo aprendido en el restaurante de una forma única”, comenta con entusiasmo, dejando claro que la experiencia y la curiosidad son pilares fundamentales en su constante evolución como chef.   

Entre sus anécdotas más memorables se encuentra haber cocinado para Don Francisco, quien pidió uno de sus platos estrella de ese momento, un asado de tira con verduras asadas, y lo llamó personalmente para felicitarlo. Otra experiencia especial fue preparar un exquisito risotto de mariscos para el dúo musical Jesse & Joy durante una de sus giras, ocasión que quedó inmortalizada en una selfie llena de sonrisas.  

“Aunque suene cliché, para mí la gastronomía es mi vida completa”, asegura Jaime con emoción. Es una profesión que comparte con su pareja, el camino que le ha permitido viajar por el país, conocer a personas y profesionales de diversos rincones, y, lo más importante para él, la base sobre la cual ha logrado formar una familia, el motor de todo su esfuerzo y dedicación.  

El sueño de Jaime para el futuro es ser profesor de gastronomía. “Yo fui testigo de que los profesores tienen la capacidad de ilusionar y potenciar a los estudiantes, motivándolos a seguir adelante”, afirma. Inspirado por esta visión, está decidido a devolver lo que la cocina le ha dado, ayudando a las nuevas generaciones a encontrar su camino en este apasionante arte. 


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