CracksTP
- Desarrollo Profesional
Autor: Magdalena Frontaura
Año: 2024
Recuerda con precisión el día en que piloteó un avión solo por primera vez, un jueves. Había dormido solo dos horas, repasando cada detalle, lleno de ansiedad. Sin embargo, una vez en el aire, todo se calmó. Despegaron de un aeródromo en Colina, sin que Diego supiera exactamente qué le pedirían hacer. Su instructor le indicó que realizara un despegue y aterrizaje completo, y lo hizo perfectamente, con la serenidad de quien sabe que está en el lugar correcto. “Siento que nací para esto”, comenta.
Desde que tiene memoria, Diego Irribarra ha sentido una profunda fascinación por los aviones. Sus padres cuentan cómo, de pequeño, lo llevaban al aeropuerto para ver despegar y aterrizar las aeronaves, y cómo Diego lloraba cuando se alejaban. Los aviones no solo dominaron sus pensamientos, sino también su habitación, repleta de juguetes aeronáuticos. Desde siempre fue evidente para todos quienes lo conocían que los aviones eran su pasión, y Diego lo tenía claro: quería ser piloto. A los 15 años, tuvo su primer vuelo como pasajero, de Santiago a Punta Arenas. “No pude dormir la noche anterior de tanta emoción, y el vuelo fue increíble (…) solo me confirmó lo que siempre supe que quería hacer“, recuerda.
Diego vive en Pudahuel con sus padres. Cuando pequeño, en su camino diario a la escuela básica, pasaba frente al Liceo Vicente Pérez Rosales, donde observaba a los alumnos, bien presentados y organizados, irradiando disciplina. Tanto él como sus padres deseaban esa formación para su futuro, por lo que ingresó a la especialidad técnico-profesional de Construcciones Metálicas, creyendo que allí podría potenciar su creatividad. Hoy, Diego agradece su decisión: “Los profesores se aseguraban de que cada estudiante adquiriera buenos conocimientos y habilidades para el trabajo (…) Nos inculcaron mucha disciplina y perseverancia, y eso ha sido clave para mí“.
Conscientes de su sueño de ser piloto, sus profesores lo apoyaron cuando llegó el momento de elegir su práctica profesional, logrando que fuera en LATAM, donde Diego sigue trabajando seis años después. Empezó en el taller de construcción, reparando y soldando piezas metálicas de los aviones. “Iba feliz todos los días a la práctica; mis profesores me ayudaron a encontrar la combinación perfecta para mí“, afirma agradecido. Más tarde, fue contratado como técnico en el área de cabina, lo que le permitió realizar diversos cursos y obtener su licencia de mecánico aeronáutico. “Siempre tuve clara mi meta, y vi en LATAM una oportunidad para crecer desde el primer minuto“, comenta.
Gracias a su trabajo, Diego ha podido financiar poco a poco su carrera de piloto comercial, aunque el proceso ha sido más largo de lo esperado, ya que ha tenido que dividir su tiempo entre el trabajo y ahorrar para pagar las horas de vuelo. “Sabía lo caro que era, pero aun así me enamoré de la carrera“, confiesa. Fueron cuatro años de esfuerzo, estudio y pocas horas de sueño, hasta que, en febrero de 2024, finalmente obtuvo su licencia de piloto comercial. “Ni siquiera me puse feliz al obtener la licencia, no podía creerlo. Mis padres lloraban emocionados y me abrazaban, mientras yo aún no reaccionaba“.
Con el tiempo, Diego ha logrado asimilar sus logros. A sus 24 años, tras superar numerosas adversidades económicas y personales derivadas del exigente balance entre trabajo y estudio, ha cumplido con todos los requisitos para acercarse a su sueño. Hoy, continúa trabajando en LATAM mientras reúne los documentos necesarios para postular como piloto. “Quiero estar volando en una aerolínea antes de que termine el año“, declara con firmeza.
Recuerda con precisión el día en que piloteó un avión solo por primera vez, un jueves. Había dormido solo dos horas, repasando cada detalle, lleno de ansiedad. Sin embargo, una vez en el aire, todo se calmó. Despegaron de un aeródromo en Colina, sin que Diego supiera exactamente qué le pedirían hacer. Su instructor le indicó que realizara un despegue y aterrizaje completo, y lo hizo perfectamente, con la serenidad de quien sabe que está en el lugar correcto. “Siento que nací para esto“, comenta.
Diego aconseja a los estudiantes de Educación Media Técnico Profesional que sigan sus sueños con perseverancia y no se rindan ante las adversidades, ya que estas siempre estarán presentes. Con determinación y rodeándose de las personas adecuadas, es posible superar cualquier obstáculo y avanzar. También les anima a aprovechar al máximo su tiempo de estudio y a esforzarse en cada tarea. “Siempre digo que cuando somos jóvenes debemos darlo todo, para poder descansar cuando seamos mayores y tengamos menos energía (…) Yo no me tomé pausas; solo quería cumplir mi sueño“, afirma.
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Autor: Magdalena Frontaura
Año: 2024
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