Tras encuestar a 354 directores de establecimientos escolares (predominantemente públicos) entre 2018 y 2019, los datos de un reciente estudio —elaborado por los investigadores Javier Fuenzalida, Laura Gutiérrez y Pablo González— señalan que a mayor volumen de burocracia, mayor es el burnout de los directores, más aumenta la sensación de despersonalización y más crece la de baja realización personal.
Al respecto, Soledad Ortúzar, directora del Centro de Innovación en Liderazgo Educativo (CILED) de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo, afirma que “la evidencia es clara: cuando los directores pueden enfocarse en apoyar a sus docentes, mejorar la convivencia escolar y gestionar los recursos pedagógicos, los estudiantes aprenden más. En ese sentido, la burocracia excesiva atenta contra eso”.
Y agrega: “Hay que revisar críticamente las normativas y reducir la carga administrativa real. Muchas veces se legisla pensando que más regulación es mejor para el sistema. Pero en educación, más burocracia no significa mejores resultados. Necesitamos políticas que liberen tiempo para liderar pedagógicamente”.
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